miércoles, 6 de julio de 2016

·Capítulo 40: El despertar ·

Victoria y Niod recorrieron los amplios pasillos de Tronco Grueso hasta llegar a las puertas de la sala donde se encontraba el consejo.
Por el camino, la chica había preguntado todas sus dudas a Niod y este se las había aclarado.
Se decía que "el bosque escucha" porque hay seres vivos en cada rincón y entre ellos puede haber espías del consejo, así que no se debería hablar de según qué cosas fuera de casa. En las casas se respetaba la privacidad de cada uno, pero fuera de estas ya era otra historia.
En cuanto a las armaduras de colores, las de color verde y marrón eran los soldados llanos, con el puesto más bajo; las de color blanco y magenta pertenecían a guardias con un grado medio de experiencia y superioridad; mientras que las de color azul y blanco pertenecían a guardias experimentados y capaces. También había unos pocos con todos los colores anteriormente mencionados en la armadura, estos guardias eran extremadamente respetados y tenían una posición muy alta tanto política como social.
Niod también le aclaró que Celeste había sido liberada después de prestar declaración. Eso fue algo que realmente la alivió.
-¿Estás lista?-Le preguntó el chico gato a una distraída Victoria. Con tantos pensamientos en su mente le resultaba complicado concentrarse en el presente, no sabía qué iba a ser de ella después de aquello...
-No, pero no se puede evitar este camino.-
-Vamos, vamos.-Niod movía la cola de forma inquieta.-Ya verás como no es para tanto; unas preguntas, tú respondes, te dan el visto bueno y te vas.-
-Si tú lo dices... Solo puedo confiar en tu palabra.-
-Eso es, no te preocupes más. Eso no te hará ningún bien.-El chico le mostró una amplia sonrisa.
Tras esa pequeña conversación, Niod abrió la puerta y la luz de la sala cegó por unos segundos a Victoria. Era una amplia habitación con una mesa cuadrada y blanca con grabados, esta se situaba en el centro, sobre una alfombra verde. Las paredes y el suelo estaban hechos también de madera blanca, seguramente estas fuesen la corteza del mismo árbol. De la cúpula de cristal del techo era de donde salía tanta luz, la luz del atardecer daba un brillo especial a la sala, llena de estanterías de libros y pergaminos antiguos. De las paredes colgaban y se entremezclaban con el relieve del tronco, numerosas enredaderas de hojas azul verdoso.
Alrededor de la mesa se sentaban dos mujeres; una tigral de pelo castaño claro y ojos morados y la otra spirit de pelo color añil y ojos verdes. También había un hombre que parecía ser spirit, tenía el pelo verde oscuro y los ojos rosas. Sin contar los diferentes rasgos de cada raza, también se diferenciaban por la vestimenta; mientras que los spirits iban ataviados con túnicas blancas que presentaban detalles de todos los colores, la tigral llevaba sus típicas protecciones vestidas por su raza, hechas de corteza blanca. Aunque esta también tenía los detalles de colores en varios sitios.
Además, tenían una especie de coronas hechas de ramas, brotes y raíces.
Niod cerró la puerta y se adelantó a Victoria para coger una cuarta corona que reposaba en la mesa y se sentó junto a los otros tres.
Victoria se quedó anonadada y parecía que Niod lo había notado por la expresión de su cara, por la frase que dijo a continuación.-Siento no habértelo mencionado antes, pero no podía.-Sonrió.
-Bueno, ahora lo sé...-
-¡Qué chica más comprensiva eres!-
-No es momento para eso. Demos comienzo al juicio.-Interrumpió la conversación la otra tigral.
El resto asintió y todos dieron unos pasos hacia adelante situándose a la misma altura, el hombre spirit extendió los brazos y anunció algo.-Somos los sabios del consejo. En este lugar no tenemos recuerdos ni nombre, somos imparciales ante cualquier caso; no importa quién sea la persona juzgada, un familiar, un amigo, un desconocido... No tenemos preferencia con nadie.-
Victoria desvió su mirada en dirección a Niod y, para su sorpresa, la expresión de este había cambiado. El brillo de sus ojos era frío y calculador, aunque había algo más... Podía distinguirse una pizca de sabiduría. Volvió a prestar atención al hombre, el cual seguía hablando.
-No se os culpa de ningún crimen, en cambio, se os relaciona con un reciente ataque de entes sombríos a las afueras del bosque, después del cual desaparecisteis. Además, varias personas afirmaron que eras la Heredera del Poder. ¿Están en lo cierto?-
-Sí, esas personas dicen la verdad.-
-Lástima que no podamos confiar del todo, joven.-Habló la otra spirit.-Muchos han venido estas últimas semanas afirmando lo mismo.-
-Al final no eran más que impostores Y estafadores.- La tigral movió las orejas hacia los lados varias veces.
-Es cierto.-Dijo Niod con esa nueva expresión en la cara.-Por ello les hacíamos una prueba. La prueba que puede superar únicamente el verdadero Heredero del Poder.-
-El último chico que vino era más o menos de vuestra edad y estuvo a punto de lograr pasar la prueba. No lo consiguió.-Volvió a hablar la mujer spirit.
El hombre spirit que había hablado al principio volvió a hacer acto de presencia.-Sin embargo... Ella es la única a la que perseguían criaturas de la noche en su travesía. Bien lo demostró ese ataque tan cercano al bosque. Querían impedir que llegase.-
-¿Y si fue algo planeado? Ella misma podría estar del lado de la sombra...-
Un barullo se formó entre los sabios, todos estaban discutiendo en voz baja sobre el tema. Hasta que Niod los frenó.
-¡Silencio! La prueba decidirá. ¿Estamos todos de acuerdo?-
Los sabios asintieron conformes y Niod volvió a tomar la palabra.-Que así sea. Mañana por la noche, en el santuario de la luz eterna, la prueba decidirá tu destino. Puedes marcharte, serás guiada a tus aposentos personales.-
Victoria salió de la habitación tras un momento de vacilación y fuera de esta la esperaba Minyanha con rostro serio y orejas gachas.-Me han nombrado ser tu escolta y guardiana durante tu estancia aquí. Aunque me negué varias veces, no me dieron opción.-
-Entiendo... Será buen momento para hacer las paces, ¿no crees? Siento haber hablado sin saber, de verdad...-
-¿Las paces?...-La joven suspiró.-De acuerdo, no pasa nada. Sé que los spirits tenéis una especie de super empatía hacia los demás... Aunque hasta ahora nadie había logrado conectar con esa bestia.-
-Gracias por perdonarme.-Sonrió. Por otra parte le había extrañado que la chica le mencionase lo de la empatía. Así que por eso a veces sentía las emociones de los animales...
Nada más acabar aquella conversación, Minyanha la guió hacia sus aposentos. Una gran habitación en una de las ramas más altas del lugar, muy espaciosa y con poco mobiliario, la decoración estaba compuesta casi exclusivamente por enredaderas con flores de todos los colores, también tenía un pequeño balcón. Tras un biombo había una gran bañera de madera tallada repleta de agua, esta desprendía vapor, por lo que se notaba que estaba caliente.
Minyanha se había quedado en la puerta y procedió a informar a la otra chica de que podía bañarse si así lo deseaba, que había ropa limpia sobre la cama y que en unos minutos llegaría su cena. Tras eso, salió de la habitación dejándola sola y avisándola de que estaría al otro lado de la puerta por si necesitaba algo.
Ahora que se daba cuenta, sí que era verdad que estaba anocheciendo, poca luz entraba ya por las ventanas y el balcón. Victoria decidió tomar ese merecido baño, lo necesitaba, no sabía cuánto tiempo hacía que no se daba uno en condiciones.
Y así lo hizo, mientras disfrutaba de la templada agua que aliviaba sus músculos y la ayudaba a relajarse, no podía evitar pensar en la prueba, ¿cómo sería aquello? Tampoco podía dejar de pensar en la situación de sus amigos y el pensamiento de que por fin podría hincarle el diente a algo la tenía ansiosa por ver qué le preparaban.
No sabía si estaba bien que le diesen ese trato especial, por un lado no se sentía bien, pero por otro pensó que por una vez debería preocuparse por ella misma en lugar de por todo lo que acontecía a su alrededor.
En un momento dado, escuchó como se habría la puerta y tras unos minutos se volvía a cerrar. Poco después de aquello salió de la bañera y, tras secarse, comprobó que se habían llevado su ropa para reemplazarla por un vestido. Aquel vestido era como los que llevaban las mujeres spirits y le resultó algo complicado ponérselo, pues tenía que sujetar ambos lados para después amarrar una cinta en la cintura que mantenía unida la pieza. No, aquello no era lo suyo, seguramente se lo habría colocado de una forma horrible... Pero era lo mejor que podía hacer, además de que tenía demasiada hambre como para pensar en otra cosa.
Se acercó a la pequeña mesa del centro de la habitación, en ella habían colocado numerosos platos de comida que no había visto en su vida, después de arrasar con todo se dio cuenta de la deliciosa comida de la que acababa de disfrutar y habría deseado compartirla con alguno de sus amigos. Entre todos esos manjares había una bebida muy extraña y dulce de color morado, seguramente estaría hecha con alguna especie de baya del bosque, aunque había dejado en ella cierta sensación extraña. De todas formas era lo único que había para beber y tenía sed, así que continuó bebiendo hasta caer rendida.
En ese momento las lunas ya coronaban el firmamento.

Un sonido sordo se escuchaba en la lejanía, al principio apenas se podían distinguir las palabras del mensaje, pero poco a poco fueron haciéndose más claras para los oídos de Victoria.
-¡Chica! ¡Despierta, Victoria!-
La joven Heredera del Poder abrió los ojos poco a poco, le dolía horrores la cabeza. Se incorporó como pudo llevándose la mano derecha a la sien.
-Aaaayy...-
Escuchó una gran carcajada que hizo que le retumbase el cerebro.
-Te pegaste una fiesta anoche tú solita, ¿eh?-
-¿Puedes dejar de gritar, Minyanha? Graciaaas... ¿De qué fiesta hablas?-Victoria se dio cuenta de dónde estaba. Se encontraba en el suelo, medio tirada en mitad de la habitación, con el vestido colgando, casi suelto. Se fue sonrojando poco a poco mientras se tapaba apresuradamente.
La guardia volvió a reír provocando el sufrimiento de la joven.-Y yo que pensaba que sería un auténtico aburrimiento custodiar tu puerta... Anoche pillaste un ciego importante.-
-No grites, por favor.-Se llevó las manos a los oídos.-¿Qué dices de un ciego?-
-Te emborrachaste, bonita.-
-¿Q-qué dices? ¿C-c-cómo?-
-Te bebiste la botella entera que te trajeron de Licor Púrpura. Es una fuerte bebida, dulce pero peligrosa si quieres mantenerte sobria.-Se burló.-Tranquila, parece que después de todo solo te caíste en redondo, agotada.-
-¡N-no sabía que eso era alcohol! ¿Por qué me lo sirvieron?-
Volvió a reír.-Lo peor es que no solo a ti te ha ocurrido este "despiste". Tranquila, te prepararé un remedio casero que me enseñó mi abuela... Y esta tarde estarás como nueva.-Ahora su sonrisa era más triste y la chica de cabello azul lo notó.
-Oh, lo siento...-
-No, debería superarlo ya. Mi familia no va a volver... Discúlpame, voy a comenzar con el remedio... En unos minutos vendrá tu desayuno, procura estar presentable.-
Minyanha se levantó rápidamente y salió de la sala dejando a una preocupada Victoria a sus espaldas. En cierto modo había sido culpa suya que la otra chica recordase a su familia, así que se sentía culpable por ello. A Victoria le extrañaba la repentina actitud cariñosa de la guardia que le habían asignado, al principio se mostraba muy arisca, ¿a qué se debería el cambio?
Ocurrió como le había dicho la chica y una anciana spirit apareció por la puerta con una serie de manjares todavía más extraños de los que había por la noche. Afortunadamente, esta vez había agua en lugar de brebajes traicioneros...
Minyanha apareció con aquel remedio a mitad de desayuno y se lo tomó agradecida. Después la guardiana le ayudó a colocarse bien el vestido, aunque parecía tan torpe como ella al intentar ponerlo correctamente.
Se llevaron las bandejas del desayuno y la informaron de que no podría salir de aquella habitación hasta un poco antes del mediodía.
No entendía por qué, pero no le quedaba otra que obedecer. Además, no tenía muchas ganas de hacer nada con semejante dolor de cabeza.
Se dedicó a tomar aire fresco en una silla desde el balcón.

La despertó un gran jaleo al otro lado de la puerta de su dormitorio. ¿Qué estaría pasando? Decidió levantarse e investigar, descubriendo así que, asombrosamente, ya no le dolía la cabeza. El remedio casero funcionó. Cualquier borracho sería feliz conociendo aquella fórmula casera...
La voz que escuchó al otro lado de la puerta le resultó familiar, así que la abrió de golpe para comprobar de quién se trataba y una chica bajita y de melena pelirroja se lanzó a sus brazos tras una exclamación de felicidad.
-¡Victoria! ¡Por fin puedo verte!-
-Querrás decir que por fin podemos verla, ¿no?- Se quejó Andrew.-Bonita ropa, por cierto.-Sonrió.
-Graciaas. ¡Lianndra y Andrew! ¡Qué alegría ver rostros conocidos al fin! ¿Dónde están los demás?-
-No los han dejado subir...-
-¡Vosotros tampoco deberíais estar aquí! ¡Y si lo estáis es porque os habéis colado!-Exclamó Minyanha.
-No, no podíamos subir, pero lo intentamos y finalmente nos dieron permiso. Lástima que solo pudiésemos venir dos...-Dijo Lianndra entristecida.
La guardia parecía no fiarse totalmente de aquellas palabras.-Si es así... Supongo que no puedo echaros.-
-¿Cuándo podré salir de aquí, Minyanha?-
-Tan solo faltan unos minutos. Te has pasado durmiendo la mayor parte de la mañana.-
-¿Oís? Pronto podré bajar y saludar al resto. ¿Qué tal están?-
-Preocupados por ti, como nosotros hasta hace poco.-Dijo Andrew.-Aunque Celeste y Niod no paraban de repetir que no lo hiciéramos.-
-Lo siento... No solo me secuestran y desaparezco una semana, nada más volver me vuelven a separar de vosotros...-
-¡Nada de eso es culpa tuya, tonta!-
-Hazle caso a Lianndra. El enemigo nos la jugó y ahora debías ser juzgada, lo importante es que estás bien.-
-Por cierto... ¿Qué es todo eso de lo que se está hablando por ahí? Dicen que esta noche va a celebrarse una prueba. La prueba de la lanza o algo así...-
-¿De la lanza?-Preguntó, Victoria, sorprendida.-Yo solo sé que me dijeron que esta noche tendría que pasar una prueba para ver si soy la verdadera Heredera de Poder.-
-Chica, ya es la hora, puedes dar una vuelta por la parte baja de Tronco Grueso. Avisaré a los guardias de la puerta para que dejen pasar al resto de tus amigos.-
-Graciaaas, Minyanha.-Sonrió mientras se separaba de Lianndra y cerraba la puerta de la habitación.

Una vez reunida con el resto de sus amigos intercambió saludos y abrazos, conversaron un rato alegremente comentando todo lo que le había sucedido a cada uno.
¡Incluso Niod estaba allí! Debía preguntarle por qué formaba parte del consejo del bosque. Aunque por algo especial debía de ser, puesto que era el único tigral que Victoria había visto con el cabello tan oscuro.
Pero aquello no duró mucho.
-Victoria, necesito hablar urgentemente contigo.-Dijo C.
-Adelante.-
-Debe ser a solas.-
Después de preguntarle a Minyanha si podían volver a su habitación y recibir la respuesta positiva de esta, subieron. A Victoria no le hacía ninguna gracia tener que volver allí después de haber deseado tanto salir, pero no conocía otro sitio para hablar en condiciones.
-¿Qué querías decirme?-
-Ha llegado el momento de que lo sepas todo.-
-¡¿De verdad?!-
-Sí... Tiene que ser antes de tu prueba.-
-Llevaba tanto esperando este momento...-
-Pues mientras antes empiece, antes termino. Verás... ¿Conoces la leyenda de la Diosa Gura y las joyas mágicas de su corona?-
-Esa leyenda la conoce todo el mundo, supuestamente nuestro mundo se creó para esconder esas joyas.-
-Aunque veo que sabes de lo que estoy hablando prefiero contártela para que no se te olvide ningún detalle, es muy importante.-
-De acuerdo...-
- <<Gura, la Diosa de la Luz, poseía una corona con cuatro mágicas y poderosas joyas que le daban parte de su divinidad.
Pero sus hijas, que se dejaron llevar por el mal y la codicia, intentaron robarle dicha corona.
Gura sabía que si sus dos hijas conseguían hacerse con la corona su estado tan solo empeoraría, así que decidió crear un mundo nuevo con ayuda de las joyas, para, posteriormente esconderlas en él. Así sus hijas no podrían hacerse con ellas.
Pero el rencor y las ansias de poder eran tan abrumadores en las dos jóvenes diosas, que de esos sentimientos nació la oscuridad en ese nuevo mundo, tan solo movidas por el deseo de apoderarse de las joyas. Al igual que estas nuevas fuerzas del mal, las fuerzas de la luz y del bien nacieron gracias a los sentimientos de la diosa Gura, para evitar que las joyas cayesen en malas manos.
De esa luz nació el primer Heredero del Poder, el único que podía enfrentarse a la oscuridad de las otras diosas.>>
Esta leyenda tiene alguna parte más que la completa, pero son relevantes, ya las escucharás. Lo que me interesa está en esa parte.-
-Y bueno... ¿Podrías ir al grano? Por favor.-
-Victoria...-C parecía inquieta.-En realidad soy... Soy una de esas joyas. Kazen y "Paz" también lo son... Ya sabes mi verdadero nombre, el de ella es Aizze...-
-Entiendo...-
-¿No vas a alterarte? Te he dicho algo que resulta increíble de creer.-
-No... Confío en tu palabra, siempre hemos sido amigas.-Sonrió la joven.-Además, eso explicaría muchas cosas... Como lo que me dijiste de que teníais otra forma, cosa que Silvei también dijo en nuestra batalla... Vuestros extraños poderes, vuestro secretismo absoluto en cada momento...-
-Me alegra que pienses así.-Correspondió la sonrisa.-Aún hay más cosas que debo contarte... Quien nos dio esta forma para ocultarnos fue la reina... tu madre, con sus últimas fuerzas.-
Victoria esbozó una triste sonrisa.-Mi madre... Debía ser una gran persona...-
-Sí, sí que lo era. Ella nos salvó varias veces junto a tu padre. Aunque no siempre siguieron el sendero del bien, pero esa es otra historia y no tenemos mucho tiempo... Escucha con atención.-
Victoria asintió con la cabeza.
-Cuando acabes la prueba con éxito, nosotras, las joyas, tomaremos nuestra forma original y volveremos a nuestros respectivos templos. En ese momento comenzará la cuenta atrás para encontrarnos... Nos necesitarás a todas para poder restaurar las cadenas que aprisionan a Yruene, el primer siervo de la oscuridad. ¿Me oyes? A todas.-
-Descuida. ¿Pero cómo sabré dónde se encuentran los templos?-
-Las noches en las que las dos lunas estén en fase Creciente, Llena y Menguante, cuando más luz del sol se refleja más en ellas, solo tú podrás ver haces de luz que provienen de cada templo. Guíate de ellos para encontrar los cuatro. Por otro lado... Cuando las lunas están en Cuarto Creciente y Cuarto Menguante, cuando menos luz del sol incide en ellas, la oscuridad tendrá más poder e Yruene podrá localizar los templos. Debes llegar antes que él para despertarnos y liberarnos por completo.-
-¿No sería más fácil que me dijeras dónde está tu templo?...-
-Imposible, llevo muchísimos siglos dormida y los templos cambian de lugar por seguridad...-
Victoria mostró un rostro pensativo, entonces C añadió algo.
-Aunque esta vez hay una forma más fácil con la que localizarlos...-Reinó el silencio.
-¿Y bien? ¿De qué se trata?...-
-Las joyas salimos mal paradas de la última batalla que libramos, perdimos nuestro poder y caímos en una especie de pesado sueño. Tus padres nos encontraron custodiadas en fortalezas de diversas ciudades y nos llevaron al castillo de la capital con intención de volvernos a activar... Necesitábamos energía, energía humana... Por eso, ellos...-
Victoria se estaba alarmando por momentos.-¿Qué hicieron?-
-Nos ligaron a cada una de nosotras a un bebé humano... Utilizaron a los hijos de sus amigos para ello... Con el consentimiento de estos, por supuesto.-
-¿Q-qué quieres decir?...-
-Con el tiempo, las personas del grupo de amigos que tenían tus padres fueron madurando y envejeciendo, algunos se casaron y tuvieron hijos, otros se mudaron a otros lugares, otros desaparecieron para no dejar rastro… Tus padres pidieron ayuda a aquellos con los que aún mantenían el contacto... Los padres de Lianndra, los de Andrew, Dirian y otro chico al que aún no conoces...-
Victoria no podía creer lo que le estaba diciendo su antigua cerdita.-Entonces... ¿Qué les ocurrirá?...-
-¡Oh! Nada, no es como si les chupásemos la energía. Compartimos nuestra energía vital y cuando despertemos por completo compartiremos más cosas...-
-¿Y qué pasará si alguno muere, ya sea joya o humano?-
-Las joyas no podemos morir, si nos falta energía tan solo caemos en letargo... En un profundo sueño hasta que se nos despierte de alguna forma. Un Heredero del Poder tiene la capacidad de despertar a las joyas, pero tus padres no disponían de ninguno, así que tomaron una alternativa.-
-No has respondido a qué pasaría si uno de los humanos ligado a vosotras muere...-
-No es la primera vez que se usa este método para despertarnos antes de tiempo... Ocurrió en otra ocasión y los afectados...-
-¡Victoria, es la hora de comer! ¡Date prisa, después de eso tienes que prepararte para la prueba!-
Victoria había reconocido la voz de Minyanha, no era buen momento para que interrumpiesen su conversación...
-Ya no es seguro hablar aquí...-C la miró con decisión en la mirada.-Tan solo recuerda que Lianndra es la que está ligada a mí, en cuanto acabes la prueba, ella comenzará a sentir que debe ir hacia un lugar determinado. Acompáñala, va a experimentar muchos cambios... Los demás también lo harán, pero-
De repente, la puerta se abrió de golpe y Minyanha entró por esta.-¿Me has oído? ¡Se nos echa el tiempo encima! ¡Vamos!-
Tras decir eso, la agarró del brazo y la arrastró fuera de la habitación. C nunca pudo terminar aquella frase y dejó a Victoria con más dudas de las que tenía antes, todo era confuso para ella en aquellos instantes. En un principio no sabía siquiera si iba a poder pasar la prueba...

Ya casi era la hora en la que tendría que presentarse a aquella prueba.
Esa misma tarde, después de comer junto a sus amigos, habían vuelto a llevarla a sus aposentos, para lavarla y vestirla apropiadamente.
Dos doncellas spirit se encargaron de ello y fue algo que realmente incomodó a Victoria… Aquellas mujeres se dedicaron a mirarla con indiferencia, como si aquello fuese totalmente normal y estuvieran acostumbradas a hacerlo.
Una vez lista, le pusieron un espejo de cuerpo entero para que pudiese contemplarse. Estaba totalmente impresionada, no parecía ella misma, era como si estuviese mirando a otra persona. Llevaba un vestido blanco ligero y precioso, sujeto por la cintura por una cinta azul claro al más puro estilo spirit. Tenía un estampado de flores azules, un azul más oscuro por las que se encontraban más abajo y más claro conforme subían por el vestido. Aquel precioso estampado con aquella progresión de color daba un toque espectacular.
En cuanto a su peinado, habían recogido su pelo en un moño, un peinado típico de los spirit. Aquello era algo que la chica jamás había conseguido con su cabello tan corto, le parecía un milagro que alguien pudiese haberlo hecho.
Se encontraba a las afueras del Santuario de la luz Eterna, en un carruaje que habían preparado especialmente para ella, a la espera de que la llamasen para salir y entrar al santuario. Aunque antes de esto debía pasar frente a una multitud que se había congregado para verla entrar a aquel lugar, estaba realmente nerviosa y no sabía de qué trataba la prueba ni si estaría preparada para hacerla. No podía estarse quieta y caminaba de un lado a otro, nerviosa.
De repente, algo la sobresaltó al girarse. Un chico de pelo pelirrojo oscuro con el flequillo a un lado, con gafas de sol y todo vestido de negro estaba frente a ella.
-¿Quién eres y cómo has entrado aquí?...-
El chico, que tendría más o menos su edad, hizo una reverencia.-Encantado, Heredera del Poder. Mi nombre es Dwayne y este de aquí es Terrox.-Señaló a un pequeño perrito negro de orejas puntiagudas y una fina y corta cola.
-Es un placer,
el que por fin nos podamos ver.-Dijo este con una melodiosa voz.
En ese momento, Victoria comprendió que se trataba del cuarto niño vinculado a una joya y aquel perrito se trataba de una de ellas. A juzgar por su nombre, sería la joya de la tierra.
-Encantada… Soy Victoria Árcayan.-
Dwayne se llevó la mano a la barbilla, la chica se dio cuenta de que tenía vendajes en ambas manos.
-Eres más guapa de lo que pensaba… Tus amigos dijeron que te criaste en el campo. Has superado mis espectativas, desde luego.-Le guiñó un ojo.-¿Cuando esto termine te gustaría cenar conmigo y lo que surja?-
-¿¡Lo que surja…!? No, no. Gracias, cenaré con mis amigos, a los que pareces conocer, por cierto.-
-Sí, los conocí esta tarde, llegué justo a tiempo para conocerte antes de la prueba. Menos mal… Pero no hablemos de eso, hablemos de ti… y de mí. ¿Te gustaría comer conmigo mañana? Yo invito, preciosa.-
-Ni a cenar ni comer ni desayunar ni merendar, gracias…-
-Es una lástima… ¡Que no me vaya a rendir!-
Victoria se estaba indignando por momentos, ¿de qué iba ese chico?
-Disculpa a mi amigo,
no ha usado el lenguaje apropiado para hablar contigo.
Mas era mi sino,
verte antes de que sigas tu camino.
Y a este mequetrefe,
no podía dejar por ahí sin el jefe.-
-¡Tú no eres mi jefe!-Se quejó el chico.
La expresión de Victoria cambió, ese tal Terrox hablaba de una forma muy curiosa y divertida.
Unas flautas sonaron fuera, anunciando que la ceremonia empezaría en breve, debía estar preparada para lo que se le venía encima.
-¡Mierda! ¡Tenemos que salir de aquí, Terrox!-Cogió a su perrito en brazos.-¡Hasta pronto, princesa!-
Tras estas últimas palabras, el chico salió por un hueco en el suelo en una esquina de la carroza.
<< Así que por ahí ha entrado…>> Pensó Victoria.
No tardaron en abrir las puertas del vehículo y la joven salió de este, temblorosa. No podía estar más intranquila, la cosa empeoró en cuanto vio a tantísima cantidad de gente y criaturas a ambos lados del camino que tenía que seguir a pie hasta llegar al santuario. Solo eran unos metros, pero tanto espectador y tanto griterío aumentaban su nerviosismo. Tan nerviosa estaba que no se percató de que sus amigos estaban en primera fila observando y dándole ánimos...
Dio paso tras paso hasta llegar a la entrada del lugar, allí, dentro de la pequeña muralla que rodeaba el edificio sagrado, ya no había gente y pudo respirar algo más tranquila. No había ni un alma, solo la lúgubre entrada del santuario, una puerta oscura que no dejaba apreciar ningún detalle. Ya no había vuelta atrás, debía entrar y enfrentarse a lo que le echaran.

Avanzó y avanzó por el oscuro pasillo del templo hasta poder apreciar una luz dorada al final de este. Fue corriendo hasta allí y entró a una sala impresionante; Un aire refrescante corría por ella, rebotando en las antiguas paredes de húmeda piedra gris, un charco de agua que cubría el centro de la sala brillaba intensamente en ese color dorado que había distinguido en la lejanía. Pero lo más impresionante de la sala, era lo que había más allá del agua, Victoria se acercó para ver mejor a través de esas aguas luminosas y lo que había en el fondo, no era ni más ni menos que una lanza. Una afilada lanza blanca parecía estar clavada en un pedestal allí abajo.
La chica supo con seguridad y por primera vez lo que debía hacer; lanzarse al agua y coger aquel arma. Y así lo hizo, de este modo descubrió que la luz provenía de la lanza. Las cosas no salieron como esperaba y, con un simple roce de sus dedos con el objeto, cayó en un profundo sueño…

Despertó en un lugar extraño donde todo era blanco, una espesa neblina impedía que viese gran cosa, pero no estaba asustada. No lo entendía, tan solo sabía que no tenía ningún miedo. Es más, ese lugar le transmitía paz.
Una voz gutural resonó por todo el lugar.-Tú, que te has adentrado en este mundo. Tú, que deseas conocer la verdad sobre quién eres. Tú, que has vivido en la ignorancia. Tú, pura de corazón. Tú, que estás a punto de comenzar una prueba que cambiará tu vida para siempre. Tú no estás preparada, pero elegiste este camino y ahora debes seguirlo. No hay vuelta atrás, tu destino es incierto y está en manos de la Diosa.
No dejes que te engañen las ilusiones del corazón.-
Tras aquel discurso, un viento atroz se formó y Victoria fue arrastrada por él.

-¡Victoria!-Un hombre dio un porrazo en la mesa donde estaba dormida a chica y esta se levantó sobresaltada.-¡Siempre estás igual, durmiéndote en clase! ¿Cómo quieres ser una mujer de provecho? ¿Piensas trabajar siempre en la granja?-
El que le hablaba era el profesor de la pequeña escuela del pueblo.
-L-lo siento… Últimamente no puedo dormir bien…-
-¿Otra vez vas a soltarme eso de tus pesadillas? ¡No son excusa! Para estar así en clase, mejor no vengas…-
-Sí, profesor…-
El resto de la clase transcurrió con normalidad, aunque Victoria pasó el rato pensando. Había algo que se le había olvidado, pero no estaba segura de qué era. Parecía que su mente estaba siendo bloqueada… Qué tontería, sería que aquellas pesadillas del ser negro que la atacaba le estaban pasando verdadera factura.
Volvió a casa, era un día caluroso y sufrió durante la larga caminata. Cuando llegó solo quería tirarse en la charca de su granja, pero su padre estaba esperándola en la verja de la entrada, con los brazos cruzados.
-Tu profesor me ha enviado otra carta diciendo que sigues pasando de sus clases e ignorándolo. ¿Qué te ocurre, hija? ¿Por qué te comportas así? ¿Voy a tener que volver a regañarte?-
Sin saber por qué, la nostalgia comenzó a invadir su pecho e intentó abrazar a su padre, pero este se apartó impidiendo que lo tocase.
-¿Estás bien, hija…?-
-Sí, papá.-
-¡No te creas que por esto vas a librarte del castigo!-
-Entonces estoy mal, papá. Me duele la cabeza por andar a pleno sol…-Algo no estaba bien, su padre la había esquivado sin motivo aparente… Él nunca había sido muy cariñoso, pero tampoco tan arisco.
-Aaanda, qué rollo tienes… Está bien, por esta vez te perdono… Pero que no se repita, hija, por favor…-
-Síp, tranquilo.-Se despidió de su padre y se dispuso a refrescarse.
Antes de meterse, contempló su reflejo en el agua, se veía algo distorsionado. De repente, un segundo rostro apareció junto al de su reflejo, tal fue su susto que se giró a mirar si había alguien detrás de ella. Pero no era así, estaba sola.
Volvió a mirar en el agua y ahí estaba de nuevo aquel rostro, parecía de hombre y su cabello podía verse como pelirrojo claro. Repitió la acción anterior, sin embargo, el resultado fue el mismo...Así una y otra y otra vez, cada una de ellas el rostro se veía más nítido. Se trataba de un hombre de rostro anguloso, ojos blancos, cabello corto y pelirrojo claro.
A Victoria se le ocurrió intentar tocar el rostro con la mano, fue acercándola poco a poco hacia el agua… A centímetros de poder cumplir su objetivo, una mano salió del agua, la aprisionó del brazo y tiró de ella sumergiéndola por completo. Todo se volvió negro.

Despertó en una sala completamente blanca, pero esta vez no había ningún tipo de niebla.
-Bienvenida, mi señora.-
Escuchó que alguien decía a sus espaldas. Repentinamente, una oleada de recuerdos de lo que debía hacer realmente se acumularon en su mente, aquella vista de su pueblo y del pasado no había sido más que un engaño. Debió hacer caso a la voz que le advirtió.
-”No dejes que te engañen las ilusiones del corazón.”-Se repitió a sí misma en voz alta.
-Exacto, joven. Algo dentro de vos sabía que aquello era una mentira, por eso os eché una pequeña mano. Al fin y al cabo soy vuestro protector, vivo y muero para serviros.-
-¿A qué te refieres? ¿Dónde estoy?-
-Estáis en el interior de la lanza Laracrysthia. Aquí es donde debíais realizar la prueba para que se os reconociera como Heredera del Poder.-
-¿Quién eres…?-
-En otras ocasiones me dieron el nombre de Nauzet… Soy el protector del Heredero del Poder y vos lo sois, por eso os ayudé a salir de la neblina ilusoria.-
-¿Cómo estás tan seguro? ¿Cómo puedo confiar en ti y saber que no eres también una ilusión?-
-Un brillo refulge en vuestra alma indicando que sois la elegida. No hay duda de ello. Mientras que pueda protegeros estará bien que no confiéis en mí.-
-Eres muy raro…-
-Si eso es lo que piensa, mi señora, lo aceptaré.-
-¡Victoria!-La chica se giró al escuchar que la llamaban y vio un rostro conocido.
-¿Lianndra? ¿Qué haces aquí?-
-He venido a rescatarte, ese tipo es un falso. ¡Es de los malos, solo quiere capturarte para robar tu poder! ¡Ven conmigo, he encontrado una salida!-
Victoria estaba confundida, ¿qué es lo que estaba pasando ahora? ¿Cómo habría llegado su amiga hasta allí?
-Mi señora… Esa no es vuestra amiga, se trata de un ser repulsivo que adopta formas. Es la neblina ilusoria.-
-¡Victoria! ¿A quién vas a creer a tu mejor amiga o a ese desconocido?-La expresión de Lianndra era de puro agobio y desesperación.
Era un gesto que Victoria no había visto antes en su amiga. Meditó sus frases durante unos minutos.-Lo siento, Nauzet. Pero no puedo traicionar la amistad.-El semblante serio y frío del hombre no cambió, sin embargo, Victoria notó una grave angustia en su interior.-Lianndra, dame un abrazo, amiga mía.-Concluyó la chica, sonriendo.
Lianndra retrocedió de forma extraña.-¡No hay tiempo, tenemos que irnos! Un grave mal se acerca.-
-Lianndra… ¿Recuerdas cuando te caíste en aquella madriguera de perrinejo? ¿Qué pasó después?-
No obtuvo respuesta por parte de la chica pelirroja.
-Está bien…-Victoria fue acercándose al hombre pelirrojo poco a poco, este no se movió, hasta tocarle el brazo.-Confío en ti, Nauzet.-
Un grito desgarrador y agudo se escuchó, venía de lo que segundos antes tenía aspecto de Lianndra, pues ahora se iba deshaciendo en niebla y perdiendo su falsa forma poco a poco.
-Habéis elegido bien. Se nota que sois la verdadera Heredera.-
-Sabía que no era mi amiga, Lianndra no es así… Además, las ilusiones no se pueden tocar y tú sí, por eso sé que eres real.-
-Enhorabuena, mi señora.-
-¿Por qué?... Ah, y puedes tutearme.-
-Ha superado la primera prueba.-
Después de que el hombre dijese aquello, una luz los envolvió.
Cuando Victoria abrió los ojos de nuevo, volvía a estar en el santuario de la luz eterna, tenía la lanza blanca en las manos y estaba en pie justo frente al manantial de agua, este ya no brillaba. Al parecer no era tan eterna la luz del santuario...
Su ropa estaba seca, como si nunca hubiese entrado en aquellas aguas. Era algo totalmente extraño, pero no le dio mucha importancia.
Repentinamente comenzó a sentir un ardor en la frente, no sabía qué era, pero comenzaba a resultar insoportable. Notó como un resplandor salía del lugar donde sentía el ardor y decidió mirar en el reflejo del agua de qué se trataba y, entre las hondas que hacía el agua y deformaban su reflejo, pudo apreciar una marca. El ardor y el brillo cesaron y la marca completa salió a la luz, se llevó la mano a la frente para palparla. No notaba nada raro en cuanto al tacto, sin embargo seguía viendo la marca en el reflejo; un sol rodeado por dos semicírculos.
<<¿Qué… es esto?>> Pensó.
-Esa marca prueba que sois merecedora de Laracrysthia.-Parecía la voz de Nauzet, aunque esta salía de la lanza blanca.
-¿Nauzet? ¿Estás en la lanza?-
-Sí, algo así... Aunque podría salir si quisiera, solo que ahora no es el momento.-
-¿Esta marca es permanente?-
-Me temo que sí.-
-Hum… Bueno, no pasa nada…-
-Debéis presentaros ante el bosque y mostrar vuestros logros. Aunque esta es solo la primera de muchas pruebas que deberás superar. Puede que os haya resultado fácil, pero tan solo es el comienzo.-
Victoria se incorporó y salió del edificio.-Está bien… Tendré que superarlas todas…-
Cuando llegó al lugar donde la multitud esperaba expectante, alzó a Laracrysthia para que todos la viesen y la nueva marca de su frente brilló sin que se diese cuenta. Imaginaba que aquel arma pesaría más, sobre todo por su filo curvo, pero no era así, le resultaba muy ligera de llevar y tenía gran movilidad.
Todos los presentes se fundieron en vítores, aplausos y gritos. Aquel era todo un motivo de celebración para ellos, aunque no se imaginaban el oscuro peligro que se avecinaba en realidad.
Victoria pensó que aquel tan solo era el comienzo de todo lo que estaba por suceder, se sentía invencible con aquel nuevo objeto mágico en su poder y creía que ahora podría ser ella quien protegiese a sus amigos.

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