domingo, 31 de enero de 2016

"Misterio en el Nica's"

Otro día que transcurría con normalidad en el Nica's, bueno, no exactamente... Algo horrible había pasado...
Yimei había limpiado los baños del Nica's, pero después de eso entraron a usar dichos baños: Su jefa Mónica, Victoria que acababa de llegar y Eiri. Sí, Eiri sabía usar un baño para personas.
Lo que no se imaginaba Yimei, era encontrar lo que encontró en el baño... Era algo muy grave... ¿Cómo habían llegado a esa horrorosa situación?
No estaba segura... De lo que sí estaba segura era de que Keyla y ella tenían que resolver aquel caso.
-¡Keyla, activa el modo detective!-
-¿Qué dices? ¿Tanto te ha desquiciado lo que ha pasado?-
-¡Necesitamos resolver el misterio!-
-Si tú lo dices...-
-¡Esto es algo serio! Los sospechosos a la sala de interrogatorios.-
-¿Qué sala de interrogatorios?-
-¡Ayudante, no se haga la despistada!-A Yimei le ardía la mirada.
-Yo... Yo estoy flipando...- Keyla estaba del todo desconcertada.
-Vamos, vamos, esto me recuerda a un puzle...- Repentinamente, Yimei tenía una chistera en la cabeza y una chaqueta negra.
-¡¿D-de dónde has sacado eso?!-
-¿El qué? ¡Estate atenta, joven aprendiz!-
-Esto... Vale...-
-¡Con más energía!-
-¡Vale, vale!-
-Eso es... Toma.-Yimei le colocó una gorra azul a su ayudante.
-Esto me recuerda a cierta saga de juegos...-
-Vamos a ceñirnos a los hechos. ¡Primer sospechoso, a la sala de interrogatorios!-

-Quitando que en ese videojuego no se interroga a ningún sospechoso...-
Sin venir a cuento, las luces se apagaron y al volver a encenderse, Mónica, Yimei y Keyla habían desaparecido de la sala, dejando solos a Victoria y a Eiri.
-¿Q-qué pasa hoy aquí..?- Se preguntó la chica.
A lo que Eiri solo pudo responder con un maullido interrogatorio.

El piso de arriba estaba oscuro, pero una potente luz se encendió para iluminar tan solo un lado de una de las mesas, en dicho lado se encontraba Mónica, con los ojos entornados por la potencia de la luz.
-¡Tú eres la culpable!- Gritaron de repente desde el otro lado de la mesa.
-Yo no he sido.- Contestó tranquilamente ella.-Si hubiese sido yo, lo diría y ya está. ¿Para qué mentir?-
-Yimei, esto es una tontería...-Susurró Keyla.
-¡Para nada, pienso descubrir al culpable de tal delito!-
Mónica estaba sentada con las piernas cruzadas, apoyadas en la mesa y los brazos también cruzados.-Pues ya puedes interrogar al siguiente, yo ya te he dicho que no he sido.-
-Por mucho que niegues haber cometido el crimen, sigues siendo sospechosa. Joven aprendiz, rememoremos cómo llegó la sospechosa al Nica's y lo que hizo una vez en este.-
Keyla suspiró.-Está bien, Yimei...-
-¿Qué formas son esas de dirigirte a tu maestra?-
-Ooooh, disculpe... ¿Profesora Yimei?-
-Eso está mucho mejor, bueno, procede con el resumen de los hechos.-
-Será un placer.-Entonces Keyla cogió unos papeles que le pasó Yimei y comenzó a leer.

-La cafetería había cerrado y recibimos la visita sorpresa de nuestra jefa, Mónica. La susodicha tras charlar un poco con nosotras, se metió en el baño y tardó un tiempo en salir, pero no solo eso, poco después de entrar ella, fue cuando entró Eiri. Dos de los sospechosos estuvieron en la escena del crimen al mismo tiempo y... Yimei, ¿qué es esto?-
-¡No pares! ¡Ibas muy bien!-
-Yimei, esto es un desmadre y una tontería, ¿no podríamos simplemente poner más jabón en el baño y ya está?-
-¡No, alguien gastó ese jabón y estoy dispuesta a averiguar quién fue!-
Las luces de la habitación se encendieron, quien las había encendido se encontraba junto a la escalera, con Eiri a su lado.
Keyla y Yimei se giraron para descubrir que había sido Victoria. Todas tenían una expresión neutral en sus rostros.
-Se os escucha gritar desde abajo... ¿Qué estáis haciendo?-
-¡Estamos resolviendo un caso! ¡No te entrometas, sospechosa 3!-
-¿¡D-de qué soy sospechosa  exactamente?!-
-De haber gastado el jabón del baño...- Le contestó Keyla tranquilamente.
-¡No lo digas como si fuera una tontería!-
-ES una tontería.-
-¡Un momento..!- Dijo Victoria.-Cuando yo entré ya no había jabón. Yo entré para mojarme la cara, pero recuerdo que no había jabón.-
-Ahora que lo dices...-Mónica se quedó pensativa unos instantes.-No, tampoco había jabón cuando yo entré.-
Eiri maulló y negó con la cabeza.
El rostro de Keyla tornó en una expresión de sorpresa.-Entonces... ¡Yi- Profesora Yimei, he resuelto el puzle! ¡Ya sé quién es el culpable!-
Todos los presentes se sorprendieron, incluyendo a la misma Yimei, que parecía preocupada.
-El culpable es...-Se formaron momentos de tensión y espectación entre los presentes ¿Quién sería el culpable?-¡TÚ!- La sorpresa no fue pequeña cuando Keyla señaló a Yimei.
-¿Y-yo..? ¿Qué te hace pensar eso?-
-Déjeme explicárselo, profesora...-Se tapó la cara con la gorra y se la destapó mostrando una mirada decidida.-Usted, en el fondo es muy despistada... Bueno, por la expresión de su cara se ve que ya lo ha recordado. Esto es lo que pasó: Entró a limpiar el baño y lo hizo todo menos reponer el expendedor de jabón, porque justo en ese momento llegó nuestra jefa Mónica y fue a recibirla. Al estar hablando con ella se le olvidó por completo reponer el jabón y entonces fue cuando tuvo que ir al baño, no usó el jabón porque solo fue a peinarse. Acto seguido entró Eiri para estar con Mónica, porque hacía tiempo que no la veía.
Nosotras estábamos en la barra, cuando llegó Victoria y comenzó a contarnos los últimos acontecimientos, pero se puso muy nerviosa y fue al baño a lavarse la cara para ocultar sus lágrimas. En eso que llegaron Mónica y Eiri. Por eso, ninguno usó jabón... ¡Nunca lo repusiste desde un principio!
-
-Ha dado de lleno respecto a lo que me pasaba.- Dijo Victoria con una risa nerviosa.
-Sí, en lo nuestro también...-
-Increíble joven aprendiz... Has superado a la maestra, ¡enhorabuena! Caso resuelto... ¿A quién le apetece tomar algo? ¡Invita la casa!-
-Yo creo que nos debes una disculpa...- Se quejó Mónica.
Eiri bufó conforme.
-Es cierto... L-lo siento.-
-Estás perdonada.-Contestó Victoria al instante.-Siempre me ayudas, incluso ahora lo has hecho. Has conseguido distraerme y me habéis enseñado algo; por muy mal que pinte la situación, si mantienes la mente fría puedes hallar la solución.-
Mónica se sorprendió bastante.-¿¡De verdad has sacado esa conclusión de la locura de hoy?-
Victoria asintió con una triste sonrisa.
Y así, dándole una buena tila a la chica y despidiéndose de su jefa, terminaron ese loco día en la cafetería.

sábado, 30 de enero de 2016

Diario de Hechizos

Como podéis ver y apreciar por el nombre de la sección, aquí escribiré los nombres de cada hechizo que aparezca en Leyendas de Glishes, además de una pequeña descripción de cada uno.
Ya os imagino gritándolos por ahí Jajajaja ¡Adelante! ¿Por qué no? ;3

-Bluyi-weúj: Hechizo de nivel superior. Tipo: barrera.
Este hechizo proyecta y materializa el alma del mago que lo realiza, la endurece y hace rebotar todos los conjuros lanzados contra esta. Todos los magos maestros son capaces de controlarlo, algunos jóvenes aprendices también son capaces de ello si se han entrenado duro previamente o si su poder mágico es poderoso.

·Capítulo 34: Vuelta al principio ·

Un nuevo día había comenzado en la granja, era un día normal, los pillocat* trinaban anunciando el amanecer. Catriel hacía tiempo que se había levantado y estaba realizando su rutina diaria, pero algo lo interrumpió.
Había un hombre apoyado en la verja de su granja que lo saludó con la mano al verlo. Respondió de la misma forma y se acercó a preguntarle qué necesitaba.
Era un hombre de más o menos su misma edad, también entrecano, aunque este tenía el pelo marrón rojizo.
-¡Buenos días, Nathael! ¿Qué te trae por aquí cuando aún no ha amanecido?-
Nathael era un viejo amigo suyo y también el padre de Lianndra, la pequeña chica pelirroja que había acabado siendo amiga de Victoria.
Catriel no sabía qué hacía aquel hombre allí y a esas horas, pero debía ser algo importante.
-Buenos días, viejo amigo. Quería hablar contigo de los últimos acontecimientos... Y pensar que creíamos que todo había acabado... ¡Todo es culpa de esos entrometidos!-
-¿Qué dices? ¿A quiénes te refieres? Cálmate y háblame más despacio.-
-¿Que qué digo? ¿Que a quiénes me refiero? ¡Lo sabes perfectamente, Catriel!-
Es verdad... Lo sabía, él sabía a qué se refería su amigo, pero le había pillado por sorpresa.
-Tranquilízate, recuerda que estás hablando de nuestros antiguos reyes.-Catriel se llevó la mano a la cabeza con expresión preocupada.-Vamos dentro para hablar, esto está apartado, pero no lo suficiente.-
Nathael asintió conforme, después, Catriel abrió la verja y lo condujo hacia su casa.
Ya en la cocina, indicó al otro hombre que se sentase y le sirvió una taza de café caliente. Se hizo el silencio durante unos minutos en los que tan solo miraban el vapor que desprendían sus tazas de café. De repente, el hombre de pelo castaño cortó el silencio.
-Antes de nada, ¿estás mejor de tus heridas?-
-Ah, sí, eran superficiales, eso no bastará para frenar a un viejo como este. ¿Qué tal van las cosas por tu familia?-
-Mi hija se ha ido...-
-Para acompañar a la mía.-
-Sabes que no lo es, Catriel. Es la hija de "nuestros antiguos reyes". Despreciables y miserables.-Dio un golpe en la mesa.-¡Puede que fuese culpa de ellos la desaparición de mi otro hijo! ¡He perdido a dos hijos por ellos! Aún muertos siguen jodiendo...-
-¡Tranquilízate! ¡Yo la crié es MI hija! ¡No hables así de ellos, nos ayudaron a todos! No tienen culpa de nada.-
-¿No? ¡Abre los ojos! Enlazaron las vidas de nuestras hijas con esas cosas... ¡¿Acaso tenían derecho a hacerlo?! ¡Nos arrebataron la paz por la que luchamos al meter a nuestros hijos en este lío!-
-Nunca conseguimos esa paz de la que hablas, tan solo era una ilusión. Una ilusión creada para distraernos mientras ellos se preparaban para contraatacar... Nos hemos hecho mayores, aunque ellos sean muy jóvenes, deben seguir lo que empezamos y acabarlo.
¿Crees que a mí no me duele cada segundo que paso sin saber nada de mi hija? Aunque no sea de sangre la quiero igual que tú a los tuyos.-
Volvió a reinar el silencio.
Nathael fue el primero en hablar.
-Lo siento mucho... Es que no puedo soportarlo más, Meli está muy apenada, a veces se pasa las noches llorando. Hace ya 4 años que no sabemos nada de nuestro otro hijo mayor... No quiero perder a otra hija, no quiero ver sufrir más a Meli.-
-Lo comprendo, yo comparto tu sufrimiento. Debe haber algo que podamos hacer para animar a Melinde, aunque no creo que funcione, porque  ni yo mismo puedo sonreír en estos momentos.-Catriel apretó sus manos alrededor de la taza.-Me siento tan impotente.-
-Yo también amigo, yo también...-
-Bueno... Tengo que volver al trabajo.- Catriel vació el contenido de su taza en unos segundos.-¿Quieres algo más de comer o de beber?-
-No, muchas gracias, amigo.-
Nathael hizo ademán de recoger su taza, pero Catriel lo paró.
-No hace falta que lo recojas, tranquilo, lo haré yo mismo luego o cuando Victoria acabe sus tareas, ella...-En esos instantes se quedó rígido y se llevó la mano a la cara mientras se encogía ligeramente.
El otro hombre no tardó en colocarse a su lado con expresión preocupada.-¿Te encuentras bien?-
-S...Sí, tranquilo. Solo ha sido la nostalgia mezclada con un mal presentimiento.-
-¿Un mal presentimiento? ¿A qué te refieres?-
-No lo sé, creo que va a ocurrir algo... Algo malo.-
-Tus presentimientos siempre estaban en lo cierto, espero que no les pase nada... Por favor diosa Gura*, protégelas con tu luz.-
-Esperemos que no les ocurra nada... Esperemos.-Catriel se incorporó.-Que las ampare la luz de la diosa, como tú has dicho.-

· Capítulo 33: Emboscada ·

En la linde del bosque había movimiento.
Una joven de pelo celeste y ojos rosáceos, riendo, era seguida por un tigre blanco inmenso.
Iban corriendo cuando el tigre se le lanzó encima tirándola al suelo. Sin previo aviso, cambió de forma convirtiéndose en un muchacho con orejas y cola de gato. Este, tenía unos increíbles ojos rasgados celestes, además del pelo alborotado y en punta.
Con expresión seria se llevó el dedo índice a los labios para indicarle a su amiga que se callara y la ayudó a incorporarse, señaló hacia la pradera colindante al bosque. La chica miró en la dirección indicada y al fijarse atisbó en la lejanía una escena que no habría esperado.
Todo estaba más oscuro de lo normal y unos chicos estaban rodeados por unos bichejos negros.
De repente, un hombre con un bastón apareció de la nada flotando delante de aquel grupo de viajeros.
-¿Qué pasa allí, Niod?-
-No lo sé Celeste... es raro...-Le contestó Niod moviendo las orejas hacia los lados.
-¿Qué hacemos..?-
-Lo más prudente sería que nos fuésemos, no nos conviene que nos descubran esos "Caminantes sombríos".-
-Pero... ¿Vamos a dejarlos así? No creo que esté bien.-
-Tienes razón... ¿Y qué propones que hagamos?-
Celeste se giró pensativa.-De momento vamos a observar a ver qué pasa.-
Niod afirmó con la cabeza y volvió la vista hacia el prado, allí una lucha había empezado.

Todos se esforzaban al máximo luchando contra los arrdfijs*, eran demasiados, pero estaban logrando retenerlos, de momento.
Un hombre de pelo azul oscuro casi negro, había aparecido de la nada y flotaba sobre ellos mirando la escena con expresión de satisfacción en su rostro.
A Lianndra volvía a arderle el cabello. Con su daga recién "encontrada", había tenido que cambiar su estilo de combate y ahora debía acercarse mucho más a los monstruos para poder darles un golpe efectivo. Si no tenía cuidado, podía acabar muy mal. Por suerte, Tyler la ayudaba con su electricidad.
C también estaba con ellos.
Entre tanto, Victoria no sabía qué hacer. Veía a sus amigos luchando por ella y no podía evitar sentirse mal al no poder ayudar.
Dirian tuvo que separarse de ella para ayudar a Andrew, quien estaba rodeado y ni la magia de Paz podía alejarlos. Un arrdfij*  aprovechó la oportunidad y se abalanzó sobre la chica, no le dio tiempo a reaccionar...
De repente un silbido se escuchó en el aire y una flecha atravesó el cuerpo del monstruo.
Victoria, asombrada, no sabía quién había lanzado aquella flecha pero estaba segura de que venía del bosque.

-¡¡Bien hecho Niod!!-Lo animó Celeste.
El chico se mostró un poco avergonzado
-Bah, no ha sido para tanto.-Contestó.
Después de mirarse unos segundos los rostros, se giraron para seguir viendo la batalla. Aquel hombre del bastón se estaba acercando a la chica a la que casi había herido el arrdfij*.
Los demás del grupo parecían estar ocupados, uno de pelo anaranjado estaba herido en el suelo. Aunque seguía ayudando a la muchacha pelirroja a la que le ardía el cabello, lanzando rayos a los monstruos. Celeste no sabía qué magia era esa.
Una chica montada en grifo tuvo que saltar de su montura alada porque los monstruos iban a herirlo de gravedad.
Nadie podía socorrer a la chica de pelo azulado a la que se acercaba aquel hombre del bastón, así que Celeste pidió a Niod que ayudase a aquella muchacha. En el acto, él lanzó una flecha que, velozmente, atravesó la distancia, pero aquel hombre se giró y al extender el brazo del bastón la flecha se torció y rompió en pedazos. Con un brillo de cólera en los ojos, aquel siniestro hombre agitó el bastón en la dirección donde se encontraban ellos ocultos entre la maleza, Celeste se horrorizó al sentir la repentina oleada de energía que provenía del hombre y, como un resorte extendió los brazos y preparó su propio hechizo.
Después de decir: -"¡Bluyi-weúj!"*-
Una cúpula protectora se colocó sobre Niod y ella justo cuando el otro hombre lanzó un hechizo de luz roja. Este colisionó contra la barrera y fue devuelto a su autor, pero él lo deshizo a tiempo y no surtió efecto.
Se dio la vuelta para volver a por la otra muchacha.
-¡Niod, hay que hacer algo!-
El chico asintió y se transformó en tigre.

Victoria se hallaba sola ante el peligro, debía defenderse, pero... ¿Cómo? Estaba paralizada por el miedo y no sabía usar su poder.
Aquel hombre se había distraído para lanzar una especie de hechizo contra los que la estaban ayudando desde el bosque... Pero no tardó mucho en volver a ir a por ella.
Sin que ni siquiera ella lo esperase, Emilie se lanzó espada en mano contra él. El hombre, paró el ataque con su mano desnuda y la espada no cortó su piel. Una de las 4 espadas de las leyendas no le había hecho ni un solo rasguño a aquel hombre... ¿Acaso Emilie mintió respecto a la procedencia de su espada..?
Victoria sabía que no era así, lo notó solo con ver la expresión indescriptible de sorpresa en el rostro de la chica.
-Oh... Esta espada no te servirá contra mí. Ella tan solo acaba con la oscuridad.-El hombre apuntó con la mano del bastón hacia el vientre de Emilie.-Hasta nunca.-
Desprendió un brillo rojizo y dio de refilón en el blanco. La chica consiguió zafarse a tiempo, pero aún así, lo poco que le había dado era suficiente para que no pudiese levantarse.
-¡Emilie!- Gritó Victoria horrorizada, pero aquel hombre le cerró el paso y no pudo acercarse a su amiga.
Vio como la chica de pelo plateado intentaba levantarse con ayuda de su espada, sin obtener resultados.
-¡T... T-tú..! ¡Te... C-conozco..!-Pudo articular Emilie a duras penas.
-No tengo tiempo para perderlo contigo.-
Tras eso, vio como Emilie volvía a caer sin fuerzas y tras sus vanos intentos por levantarse. El hombre la miró con expresión de satisfacción en el rostro unos instantes, luego se giró hacia Victoria.
-Heredera del Poder, debes acompañarme. Será por las buenas o por las malas.-
-No voy a hacer lo que diga alguien que viene a hacerle daño a mis amigos.-
-Genial, por las malas, pues.-Se acercó rápidamente a Victoria y la agarró del brazo. La chica intentó soltarse, pero no le sirvió de nada.
En ese momento, una chica de cabello corto y celeste apareció montada sobre un tigre blanco.
Se bajó de él y fue directamente hacia Victoria, mientras, el tigre daba zarpazos a todo arrdfij* que se interponía en su camino o en el de la chica.
Esta última recitó unas palabras en algo que parecía glish antiguo y una esfera de luz rosa salió de las palmas de sus manos, en dirección al hombre que la aprisionaba.
Por desgracia, este parecía tener ojos en la nuca y ya se había percatado de la presencia de los recién llegados, le bastó con alzar su bastón para acabar con el hechizo de la joven maga.
-Esto ha acabado, no tengo por qué gastar más energías luchando contra vosotros.-Pegó a Victoria contra él y comenzó a decir algo en glish antiguo.
Lo último que pudo ver esta, fue a la chica de pelo celeste acercándose corriendo con expresión preocupada, después se desmayó.


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Como recompensa por mi inactividad he decidido inaugurar una nueva sección: "Diario de Hechizos"
En ella iré colocando los nombres de cada hechizo que aparezca en la historia y una pequeña descripción de cada uno.
Colocaré un "*" de ese color a cada hechizo que aparezca, así sabréis que podréis encontrarlo en la nueva sección.
¡Eso es todo por el momento, gracias por vuestra atención! 

Maldita inactividad.

Me gustaría disculparme con las pocas personas que leen mi blog por esta gran y larga inactividad. Lo siento mucho, pero las clases no me permiten escribir demasiado. No puedo si quiera prometeros que volveré a publicar con regularidad, os ruego que me disculpéis por ello, cuando vuelvan las vacaciones sí que podré publicar como lo hacía normalmente.
Gracias por vuestra atención y muchísimas gracias por seguirme y apoyarme todo este tiempo ^^
Se me han acumulado los especiales, podría publicarlos aunque sea a destiempo si queréis...
En breves publicaré dos nuevos capítulos de Leyendas de Glishes.
¡Espero que los disfrutéis! ;3

"Bebida especial, Nica's"

Otro día más en la cafetería… Para Yimei no había sucedido nada, pero ahora que Keyla sabía por los problemas económicos que estaban pasando…
Iba patinando, como de costumbre, para repartir los pedidos a los clientes. Estaba tan absorta en sus pensamientos que se tropezó y cayó, rompiendo las tazas de café y esparciendo su contenido por el suelo.
Yimei no tardó en acercarse a ella para ayudarla.-¿¡Estás bien!? ¡Te has dado un buen golpe!-
La chica se incorporó como pudo.-S-sí… Lo estoy.-
-Es un alivio… Pero mira la que has montado… Puede que esto nos haga perder algún cliente.-Suspiró.
Esa idea horrorizó a Keyla, si ya estaban mal, perder clientes sería el fin. Sin darse cuenta lagrimitas corrieron por sus mejillas.
-¿Seguro que estás bien..?-Insistió su jefa al verla así.
-¡Y-ya te he dicho que sí!-Keyla se puso a recoger todo aquel estropicio.
Seguía habiendo clientes a los que atender, así que Yimei volvió a su puesto.
Después de aquel accidente no volvió a haber ningún problema y el día transcurrió como otro cualquiera… A la hora de cerrar, Eiri se fue, como los días anteriores.
Lo que no esperaba Yimei, era ver a Keyla poniéndose su abrigo para salir a la calle.
-¿Vas a algún sitio..?-
La chica dio un respingo y se giró para mirar a su jefa.-Sí, a seguir a Eiri, puede que el otro día me engañara. Voy a asegurarme de que está bien y no se mete en líos.-
-Vale… ¡Empiezo a pensar que lo haces para no tener que ayudarme a limpiar!-
-¡No, no es eso! Luego volveré a hacer la cena, te lo prometo.-
-¿Esa tortu..? ¡Ejem! ¡Debes practicar más si quieres sorprender a Andrew!-
Keyla la miró enfurruñada y después de despedirse, se marchó.
La jefa del Nica’s volvió a quedarse sola en su cafetería… Al menos tenía la compañía de la fregona, sí, un gran consuelo.
Se paró un momento en sus labores para mirar el tablón de detrás del mostrador y recordó esos buenos momentos pasados. Esperaba poder tener más recuerdos inolvidables como aquellos.
Sonó la campanita de la puerta, tal vez fuese el momento de crear un nuevo recuerdo como aquellos.
-¡Bienvenido!-
-Hola, Yimei.-
-¡Diriaan! Hacía tiempo que no te veía por aquí, desde aquella vez que dijiste algo así como... que yo era la madre que nunca habías tenido...-
-¡O-olvidemos eso!-
-¿Qué te trae por aquí?-
-Creo que me trae ese portal que mencionas a veces.-
La mujer joven estalló en carcajadas. Dirian se sorprendió mucho ante esta reacción.
-¡Muy buena respuesta, sí señor!-
-...-
Entonces, la puerta se abrió y Dirian, que estaba pegado a esta, fue golpeado.
El chico gritó, más por la sorpresa que por dolor.
-¿¡D-Dirian!? ¿Estás bien?-Preguntó la chica que acababa de entrar.
-Sí… Aunque podría estar mejor, Victoria…
-¡Lo siento mucho, de verdad!-
Yimei decidió meter baza.-Tal vez si le das un besito en la herida… Se cure.-
Victoria se sonrojó.
-No creo que sea necesaria tal cosa…-Dijo Dirian, también sonrojado.
-Venga, un beso de amor lo sana todo.-Se burló.
-L-lástima que no haya de eso aquí…- Victoria parecía arrepentida tras haber dicho aquello.
-¡No os hagáis los tontos! Si habéis dormido juntos y todo.-
Los dos hablaron a la vez.
-¡Él tiene miedo a la oscuridad!-
-¡Ella tuvo una pesadilla!-
Se miraron sorprendidos y Yimei volvió a reírse.
-Vaya par… ¿Os apetece un zumo compartido? ¡Está fresquito!-
Volvieron a hablar a hablar a la vez.
-¡No!-
-¡No, gracias!-
Se volvió a repetir la reacción de antes.
La mujer se rió.-Acercaos, acercaos… No os prepararé nada raro, lo prometo.-
-No me fío de ti…-Dijo Victoria.
Dirian asintió. Aunque no parecía muy convencido.
Los dos tomaron asiento en la barra, dejaron un hueco de una silla entre ellos.
Yimei comenzó con los preparativos para dos tilas.-¿Qué os pasa..? Se os nota tensos…-
-Para nada, y-yo estoy normal.-Contestó Victoria.
-Yo también.-Lo secundó Dirian.
-No, no lo estáis… Ay, el comienzo del amor es complicado.-
-¿Qué ultraje es este? ¡Ya te hemos dicho que no era eso!-
-¡No lo es!-
-Pues decidme qué es…-
-Hoy tarda mucho la tila, ¿Verdad, Dirian?-
-Ya lo creo… El servicio empeora por momentos...-
-Es que no solo estoy preparando eso… Sí, muchas gracias por vuestra opinión sobre el local, la tendré en cuenta.-
-Oh, no… ¿Qué más preparas?-
-Nada en especial.-
Al percibir las miradas inquisitivas de los otros dos, Yimei decidió contestar.-Estaba preparando esto.- Sacó, de debajo de la barra, un batido de fresa y plátano, con nata por encima.
Tenía una pajita, pero no era una pajita cualquiera. Era de esas pajitas que se enroscan y se dividen en dos.
Las caras de estupefacción de Victoria y Dirian no se podían describir con palabras.
-¿No creerás que..?-Preguntó el chico.
-No lo creo, lo sé. ¡Esto es para vosotros, invita la casa!-
-N-no gracias, tiene pinta de ser muy caro. No puedo aceptarlo.-Se excusó Victoria.
-Vais a ofenderme… Es un regalo ¡Aceptadlo y ya está!-
-Como si fuese tan fácil…-Refunfuñó Dirian.-Bebe tú primero, Victoria.-
-¡De eso nada, para disfrutarlo bien lo tienen que beber dos personas!-
Victoria suspiró.-Dirian… Hagamos feliz a esta solterona cotilla por una vez.-
Tras meditarlo un rato, el chico asintió. Los dos estaban muy sonrojados, pero, finalmente, comenzaron a beber.
Yimei mostró su sonrisa satisfecha.- ¿Estaba bueno?-
-Aunque me cueste admitirlo… ¡Estaba delicioso!-Respondió Victoria.
-Sí… Toda una delicia digna para un príncipe…-
-Me he esforzado el doble que siempre, ya veo que ha merecido la pena.-
Los dos jóvenes seguían sonrojados cuando desaparecieron.
Yimei volvió a quedarse sola, sacó los dos vasos de tilas que había preparado, eran para ella y Keyla. La chica parecía más nerviosa y estresada de lo normal, así que Yimei quería animarla.
Si no llegaba pronto, las tilas acabarían enfriándose...
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