sábado, 30 de enero de 2016

"Bebida especial, Nica's"

Otro día más en la cafetería… Para Yimei no había sucedido nada, pero ahora que Keyla sabía por los problemas económicos que estaban pasando…
Iba patinando, como de costumbre, para repartir los pedidos a los clientes. Estaba tan absorta en sus pensamientos que se tropezó y cayó, rompiendo las tazas de café y esparciendo su contenido por el suelo.
Yimei no tardó en acercarse a ella para ayudarla.-¿¡Estás bien!? ¡Te has dado un buen golpe!-
La chica se incorporó como pudo.-S-sí… Lo estoy.-
-Es un alivio… Pero mira la que has montado… Puede que esto nos haga perder algún cliente.-Suspiró.
Esa idea horrorizó a Keyla, si ya estaban mal, perder clientes sería el fin. Sin darse cuenta lagrimitas corrieron por sus mejillas.
-¿Seguro que estás bien..?-Insistió su jefa al verla así.
-¡Y-ya te he dicho que sí!-Keyla se puso a recoger todo aquel estropicio.
Seguía habiendo clientes a los que atender, así que Yimei volvió a su puesto.
Después de aquel accidente no volvió a haber ningún problema y el día transcurrió como otro cualquiera… A la hora de cerrar, Eiri se fue, como los días anteriores.
Lo que no esperaba Yimei, era ver a Keyla poniéndose su abrigo para salir a la calle.
-¿Vas a algún sitio..?-
La chica dio un respingo y se giró para mirar a su jefa.-Sí, a seguir a Eiri, puede que el otro día me engañara. Voy a asegurarme de que está bien y no se mete en líos.-
-Vale… ¡Empiezo a pensar que lo haces para no tener que ayudarme a limpiar!-
-¡No, no es eso! Luego volveré a hacer la cena, te lo prometo.-
-¿Esa tortu..? ¡Ejem! ¡Debes practicar más si quieres sorprender a Andrew!-
Keyla la miró enfurruñada y después de despedirse, se marchó.
La jefa del Nica’s volvió a quedarse sola en su cafetería… Al menos tenía la compañía de la fregona, sí, un gran consuelo.
Se paró un momento en sus labores para mirar el tablón de detrás del mostrador y recordó esos buenos momentos pasados. Esperaba poder tener más recuerdos inolvidables como aquellos.
Sonó la campanita de la puerta, tal vez fuese el momento de crear un nuevo recuerdo como aquellos.
-¡Bienvenido!-
-Hola, Yimei.-
-¡Diriaan! Hacía tiempo que no te veía por aquí, desde aquella vez que dijiste algo así como... que yo era la madre que nunca habías tenido...-
-¡O-olvidemos eso!-
-¿Qué te trae por aquí?-
-Creo que me trae ese portal que mencionas a veces.-
La mujer joven estalló en carcajadas. Dirian se sorprendió mucho ante esta reacción.
-¡Muy buena respuesta, sí señor!-
-...-
Entonces, la puerta se abrió y Dirian, que estaba pegado a esta, fue golpeado.
El chico gritó, más por la sorpresa que por dolor.
-¿¡D-Dirian!? ¿Estás bien?-Preguntó la chica que acababa de entrar.
-Sí… Aunque podría estar mejor, Victoria…
-¡Lo siento mucho, de verdad!-
Yimei decidió meter baza.-Tal vez si le das un besito en la herida… Se cure.-
Victoria se sonrojó.
-No creo que sea necesaria tal cosa…-Dijo Dirian, también sonrojado.
-Venga, un beso de amor lo sana todo.-Se burló.
-L-lástima que no haya de eso aquí…- Victoria parecía arrepentida tras haber dicho aquello.
-¡No os hagáis los tontos! Si habéis dormido juntos y todo.-
Los dos hablaron a la vez.
-¡Él tiene miedo a la oscuridad!-
-¡Ella tuvo una pesadilla!-
Se miraron sorprendidos y Yimei volvió a reírse.
-Vaya par… ¿Os apetece un zumo compartido? ¡Está fresquito!-
Volvieron a hablar a hablar a la vez.
-¡No!-
-¡No, gracias!-
Se volvió a repetir la reacción de antes.
La mujer se rió.-Acercaos, acercaos… No os prepararé nada raro, lo prometo.-
-No me fío de ti…-Dijo Victoria.
Dirian asintió. Aunque no parecía muy convencido.
Los dos tomaron asiento en la barra, dejaron un hueco de una silla entre ellos.
Yimei comenzó con los preparativos para dos tilas.-¿Qué os pasa..? Se os nota tensos…-
-Para nada, y-yo estoy normal.-Contestó Victoria.
-Yo también.-Lo secundó Dirian.
-No, no lo estáis… Ay, el comienzo del amor es complicado.-
-¿Qué ultraje es este? ¡Ya te hemos dicho que no era eso!-
-¡No lo es!-
-Pues decidme qué es…-
-Hoy tarda mucho la tila, ¿Verdad, Dirian?-
-Ya lo creo… El servicio empeora por momentos...-
-Es que no solo estoy preparando eso… Sí, muchas gracias por vuestra opinión sobre el local, la tendré en cuenta.-
-Oh, no… ¿Qué más preparas?-
-Nada en especial.-
Al percibir las miradas inquisitivas de los otros dos, Yimei decidió contestar.-Estaba preparando esto.- Sacó, de debajo de la barra, un batido de fresa y plátano, con nata por encima.
Tenía una pajita, pero no era una pajita cualquiera. Era de esas pajitas que se enroscan y se dividen en dos.
Las caras de estupefacción de Victoria y Dirian no se podían describir con palabras.
-¿No creerás que..?-Preguntó el chico.
-No lo creo, lo sé. ¡Esto es para vosotros, invita la casa!-
-N-no gracias, tiene pinta de ser muy caro. No puedo aceptarlo.-Se excusó Victoria.
-Vais a ofenderme… Es un regalo ¡Aceptadlo y ya está!-
-Como si fuese tan fácil…-Refunfuñó Dirian.-Bebe tú primero, Victoria.-
-¡De eso nada, para disfrutarlo bien lo tienen que beber dos personas!-
Victoria suspiró.-Dirian… Hagamos feliz a esta solterona cotilla por una vez.-
Tras meditarlo un rato, el chico asintió. Los dos estaban muy sonrojados, pero, finalmente, comenzaron a beber.
Yimei mostró su sonrisa satisfecha.- ¿Estaba bueno?-
-Aunque me cueste admitirlo… ¡Estaba delicioso!-Respondió Victoria.
-Sí… Toda una delicia digna para un príncipe…-
-Me he esforzado el doble que siempre, ya veo que ha merecido la pena.-
Los dos jóvenes seguían sonrojados cuando desaparecieron.
Yimei volvió a quedarse sola, sacó los dos vasos de tilas que había preparado, eran para ella y Keyla. La chica parecía más nerviosa y estresada de lo normal, así que Yimei quería animarla.
Si no llegaba pronto, las tilas acabarían enfriándose...

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