Dos chicas y una cerdita iban andado por un camino embarrado. Aquel camino era el que conectaba el pueblo con las granjas y ,aunque era muy importante, no estaba en buenas condiciones...
Lianndra aún no se creía que aquella cerdita hablase, estaba charlando alegremente con ella y empezaba a creerse lo del monstruo...
-No puedo creer que al final me convencieras para volver a la granja...-
-Si no le hice caso a mi padre con quedarme en casa, no te lo haré a ti que me has dicho que no vuelva.- Le contestó Victoria seriamente a C.-Además ¿Desde cuándo hablas?-
-Tal vez deberías empezar a hacerle caso a la gente...- Dijo Lianndra.
Victoria la miró con cara enfurruñada.
-Pues...Digamos que no soy lo que parezco.-Le contestó C a la otra chica.
De repente, la peliroja se paró y señaló. -¡Eh, mirad! ¡Vuestra granja!- Ignoró la mueca interrogante que le hizo la chica granjera a su cerdita.
-No...Esa no es, la nuestra está justo detrás de esa.-
-Exactamente.- Confirmó C. -Esa es la granja del granjero Mario.
-Aaah...Pensaba que por esta zona solo había una granja.-
Victoria giró la cabeza hacia la otra chica.- En realidad sí, solo que él se encarga de la parte agrícola y mi padre y yo de la ganadera. Por eso la toman como una sola granja.-
Lianndra asintió conforme, cuando notó que la cerdita se la quedaba mirando, decidió preguntarle:
-¿Qué pasa, tengo algo en la cara? Mira, ya sé que soy guapa,pero...-
-No te lo creas tanto...- Protestó C con cara de estupefacción.-Me preguntaba...¿Qué hacías tú en el bosque?-
A Lianndra le cambió la cara de un momento
a otro.-¡E-ey! vamos a echar una carrera, quién llegue la última a la granja será un fobovdi* apestoso.
Acto seguido, salió corriendo y después de una exclamación, Victoria la siguió.-¡Esperaa!-
A C no le quedó más remedio que correr tras ellas.
Lianndra miró atrás al escuchar el ruido de alguien cayendo, entonces vio a una Victoria completamente cubierta de barro y a una preocupada C a su lado.
Dio pasos atrás hasta colocarse junto a ellas.
-Esta chica, siempre igual...- Dijo la cerdita con cierta decepción.
-¡Te has pringado entera!- Comenzó a burlarse Lianndra.
-¡Aaay! Jooo, no es culpa míaaa...-Se quejó Victoria.-El suelo resbala...-
-Por la diosa... ¡Pues claro que resbala! si está cubierto de barro.-Lianndra ayudó a la otra chica a levantarse y mientras Victoria intentaba, sin resultado, quitarse el barro, C volvió a preguntar:-Entonces...¿Qué hacías tú en el bosque?-
Lianndra, después de mirarla y suspirar, le contestó.-Buscaba a unos amigos. Se fueron por ahí sin mí...Espera...¡Si ya lo dije antes!-
-Ah...Cierto.-
-Que tenían que hacer una misión me dijeron...Y que no podía ir porque era peligroso ¿Quién se creen que soy? ¡No les he fallado nunca!-Protestó Lianndra como hablando consigo misma.
-¿Misión?- Preguntó curiosa Victoria, que se había acercado.
Lianndra dio un respingo.-Uy...Parece que he hablado demasiado...Ya os lo contaré más tarde, ¡Hay que llegar a esa granja!- Mintió, no pensaba contarles a aquellas chicas extrañas a quiénes estaba buscando.
-¡Es cierto!-Gritó con entusiasmo Victoria.
Por la reacción de la otra chica, le pareció que había salido del paso, al menos de momento...
Pero no se fiaba nada de la cara pensativa de C.
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Un molino giraba sus aspas relajadamente al son del viento, mientras un hombre haraba la tierra con ayuda de un yulu*.
Eso vio Victoria al aproximarse corriendo con C en brazos y con Lianndra que corría delante suya.
Ese hombre las vio y saludó: -¡Eeeeey, Vehiiiinaaaa!-
Casi ni se escuchó el cometario de Lianndra.
-¡Menuda bocaza!-
-¡Buenos días, Granjero Mario!- Contestó Victoria educadamente y luego miró con cara de reproche, discretamente, a Lianndra.
-No ve la que te montó tu pae' anoshe, sescusharon los gritos desde aquín.- Sonrió divertido.- ¿Cas hesho ahora?-
-¿Gritos..? ¿Anoche..? Pero...¡Sino estuve en casa!-Exclamó alarmada la chica granjera.
-Eeh... Yo solo te digo lo que escushao'...-
-Ya es tarde... Victoria, vámonos.- Habló C en un susurro para que no la oyera Mario.
En el mismo volumen que había empleado C, Lianndra habló: -¿Eso quiere decir que...Que esos monstruos que decíais haber visto, han hecho algo al padre de Victoria..?-
Victoria, blanca como un fantasma, se apresuró a soltar a C en el suelo y salió corriendo en dirección a su casa. Saltó la verja sin pararse a abrirla y comenzó a llamar a su padre a gritos, entró en su casa, miró en todas las habitaciones, no estaba allí... Pasó corriendo en dirección al granero, cruzándose con Lianndra y C, que la habían seguido.
Las dejó atrás y empujando la puerta, entró...Dentro se respiraba un olor raro, al fijarse bien en el suelo, Victoria vio un color rojizo sobre la paja. Se asustó mortalmente y volvió a llamar a su padre desesperadamente. Por todo el granero había sangre...-¡PAAAAPÁAAA!-
Escuchó un débil quejido que venía del fondo, sin dudarlo un segundo fue corriendo.
Tirado en el suelo, detrás del heno, estaba su padre, cubierto de sangre y respirando débilmente. -¡Papáa!- Exclamó horrorizada y se arrodilló a su lado.
Entonces, él, dijo algo en un susurro casi
inaudible.- ¿Vic....To...Ria..?-
Le contestó mientras le agarraba las manos:-¡N-no hagas esfuerzos!- Estaba al borde de las lágrimas. Su padre se estaba muriendo, alguien había ido a la granja y le había atacado, Pero...¿Por qué?
-¡Victoriaaa!-El grito de Lianndra llamándola interrumpió sus pensamientos.
-¡Aquí! detrás del heno...¡Llamad al granjero Mario, por favor! Decidle que prepare la carreta, ¡mi padre necesita ayuda urgente!- La voz le salía temblorosa y hablaba a duras penas, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
Lianndra hizo caso en seguida al ver toda esa cantidad de sangre, mientras que C se apresuró a acercarse adonde estaban Victoria y su padre.
-Te lo dije.- Le soltó.
-...-
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¡Aquí está el capítulo de hoy! Siento el retraso...Pero estaba el ordenador estropeado... >.<"
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