C se había desmayado nada más lanzar sus últimos hechizos. Mientras, Victoria estaba comenzando a volver a la normalidad.
-¿Estáis bien todas?- Preguntó la chica misteriosa.
Se la quedó mirando.-T-tú...¿Tú quién eres?-
-¡Ella es maga, Victoria!-Lianndra estaba entusiasmada a pesar de sus heridas.- Nos salvó con su magia ¡y C también es maga! Como se entere alguien de esto...¡Nos encarcelarán o algo peor!-
-Relájate Lianndra...-Victoria se fijó mejor en su amiga.-¡Estás herida..!-También miró a la desconocida comprobando que ella también estaba herida y por último buscó a C, estaba en el suelo, junto a Lianndra.-¡Estáis todas heridas..! Es...Todo es culpa mía...-
La chica misteriosa parecía inquieta y ,mirando a Victoria,susurró algo.-Mmm...Tú eres la chica que me mandaron buscar...Al fin te encuentro.-
-¡Eeeh! ¿Qué estás diciendo? ¡Habla alto y claro!- Le espetó Lianndra a la chica de pelo plateado.
-Tú...Te llamaré "Lynn".-
-¿"L-lynn"..? ¡A mí me llamas por mi nombre! Hablando de nombres, ¿Cuál es el tuyo?-
La chica misteriosa solo dirigió una mirada fría a Lianndra.
Victoria decidió ignorar a las dos chicas, estaba preocupada por el estado de su amiga C. -<<Tengo que hacer algo..>>- Pensó. Entonces, Victoria notó algo raro. Su cerdita no respiraba...Se puso blanca como la leche y se acercó más a C.
-¡N-n-no!-Le puso las manos en las heridas en un intento por ayudarla, pero no surtió efecto.
-¿Qué pasa Victoria..?-Lianndra se preocupó al escuchar el grito de su amiga y verla llorar. Fue cuando la pelirroja, realmente, se dio cuenta de la situación.
La chica de pelo plateado se acercó rápidamente a Victoria y C. -...Creo que...Solo la podría salvar un milagro...-
-Victoria...-
-No...No, no, no, ¡No!- La tristeza de Victoria se convirtió también en frustración al no poder hacer nada por salvar a su amiga, la que siempre había estado allí. Sin previo aviso, las manos de la chica de pelo azul, comenzaron a brillar, una luz blanca que cubrió las heridas de C y después de unos instantes, desaparecieron.
-¿Q-qué ha sido eso?-Preguntó Lianndra sorprendida.
La chica misteriosa tenía una expresión de sorpresa indescriptible.-No puede ser...Sus heridas...-
Victoria levantó las manos de la espalda de C y en esta ya no había rastro de ninguna herida, ni siquiera un rasguño. Solo estaban los restos de la sangre. Se había producido el milagro.
-¿Cómo...? ¿He sido yo..?-
-No puede ser...Ese poder...El poder de sanación es un poder especial que solo una persona puede usar...-
-No entiendo nada.-Dijo Lianndra.
-Ni tú ni yo...-Secundó Victoria.
-Mmm...Ya veo...-
-¿Qué ves, chica sin nombre?-Preguntó Lianndra enfadada.
-Ah, lo he dicho en voz alta...Ya veo que puede curarte con su magia.-Pareció disimular.- La verdad es que no sé cómo una chica como tú ha sobrevivido después de un ataque de esos arrdfij*, no sé ni cómo puedes hablar.-
-Aar...Arrd...¿Quéee?-
-Es el nombre de esos monstruos, arrdfij.-
-¿Y tú cómo sa..?-
Victoria se acercó a su compañera pelirroja y puso sus manos sobre su brazo, al momento una luz salió de ellas y la herida del brazo de la chica desapareció por completo.
-¡Aaaah! ¡No te acerques y me hagas cosas raras tan repentinamente! ¡Me has asustado!-
-Tranquila...Tranquila...¿Te encuentras mejor?-
-Puees...Sí, la verdad es que sí.-
Victoria sonrió y se dispuso a curar la pierna de su amiga.
-Bien, ya estáis a salvo, de momento...Deberíais partir en cuanto estéis descansadas.-La chica misteriosa silbó y una bestia alada, mitad león, mitad águila, descendió desde el cielo y se sentó a su lado. Era de color azul.
Las otras dos chicas estaban asombradas.
-¿¡Pero qué es eso!?-Gritó Lianndra.
-¡Es un grifo!- Gritó Victoria con admiración.
-Eso es Vic.-La chica misteriosa acarició a su compañero y se dispuso a montarse sobre él.
-¡Eeeh, eeeh! ¿Adónde vas? ¡No puedes irte así!-
-¿"Vic"? No me llames así...-Se quejó Victoria.
La chica de pelo plateado hizo un gesto de despedida con la mano y se fue volando en ese asombroso animal.
-¡Maldita sea! ¿qué chulería es esa?-
Victoria suspiró. -Mejor te curo eso, que tiene una pinta muy fea.-
De repente Lianndra se puso a llorar y
a temblar.-Me duele mucho...-
-No me digas que...¿Te estabas haciendo la dura?-
Victoria sonrió con ternura y se dispuso a curar a su amiga.
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