domingo, 19 de julio de 2015

·Capítulo 7: La salvadora ·

Estaban medio refugiadas en unas ruinas de una casa. Cuando, en un abrir y cerrar de ojos se hallaron rodeadas por esas alimañas negras, siniestras y de garras afiladas.
<<¿Cómo hemos llegado a esta situación?>> Pensó Victoria y empezó a recordar...

Cuando todo comenzó a ponerse raro y Victoria sintió escalofríos, C ya las había avisado de que algo venía.
La chica de pelo azul, sentía algo extraño, recordaba haber tenido esa sensación antes... Era lo que sentía al despertar de sus pesadillas... Solo que esta vez todo ocurría de verdad.
-Debemos buscar otro lugar, aquí en campo abierto nos rodearán fácilmente.- Les había dicho C.
Lianndra y Victoria asintieron, entonces fue cuando a Lianndra dijo algo.-Por aquí estaban las ruinas de una casa ¿Eso serviría?-Se le notaba la voz temblorosa.
-Sí, llévanos hacia allí.-
Victoria apenas podía andar, le temblaban las piernas demasiado, pero era o refugiarse aunque fuese un poco o quedarse allí y esperar la muerte, así que pudo hacer un esfuerzo y seguir a Lianndra.
Así habían acabado allí, completamente rodeadas por aquellos bichos y la oscuridad.
-¡N-no veo nada, C!- Gritó Lianndra asustada y empuñando su sable.
C alzó el hocico y en el aire por encima suya prendió una llama, que fue creciendo, en instantes, hasta ser el doble de grande que su creadora.
Después de unos segundos aguantándola, vieron dónde se ocultaban los monstruos y C lanzó la llama contra ellos. Ardieron e histéricos chocaron y se prendieron unos a otros.
Lianndra parecía maravillada.-¡Halaaa, fuegoo! ¿¡Y tú cómo haces eso!?-
-Jeje...No soy lo que parezco.-
Mientras tanto, Victoria estaba hecha un ovillo en una esquina. Estaba aterrorizada, paralizada por el miedo, no sabía por qué les tenía tanto miedo a esos monstruos...¿Tal vez porque sentía que no podía defenderse de ellos..? ¿Qué significaba su pesadilla? ¿Era ella el bebé al que atacaban en ella?
No se había parado a pensar en ello, y ese no era el mejor momento para hacerlo, pero no pudo evitarlo.
-¡Victoria, Victoria! ¿Estás bien?- Lianndra la zarandeaba con cara preocupada.
-N...N-no...-Es lo que pudo articular.
-Si es que ya se te ve en la cara...-

C no paraba de lanzar bolas de fuego contra los monstruos, pero cada vez eran más pequeñas y menos efectivas...Además estaba herida.
Lianndra se levantó después de abrazar a Victoria y darle unas palabras de ánimo, empuñó su sable fuertemente y con mirada seria se lanzó contra un monstruo que iba a alcanzar a C con la garra.
Lo partió en dos, un humo extraño lo envolvió y desapareció tan misteriosamente como había aparecido. El sable de Lianndra estaba cubierto de un líquido extraño, pero no se detuvo mucho a pensar en ello y cargó contra otro de ellos.
Empleó todo lo que había aprendido con los novatos de la guardia y los movimientos que le había enseñado uno de sus amigos, pero aún así, después de haber matado a lo que le parecieron miles de esos monstruos, seguían apareciendo más y más.
Estaba cansada y herida, su brazo y su pierna derechos estaban sangrando a chorros, un descuido provocó que uno de ellos la hiriese, C no estaba mucho mejor que ella...
Los monstruos seguían apareciendo sin parar. Algunos de ellos si no recibían un golpe mortal seguían moviéndose con la misma agilidad, incluso con un agujero donde nosotros tendríamos el estómago o aunque les cortase un brazo, seguían ahí de pie.
Lianndra saltó hacia atrás para esquivar el ataque de uno de los monstruos, pero se apoyó sobre su pierna herida y tropezó. Quedó en el suelo indefensa ante la criatura, que se abalanzó sobre ella.
-¿El fin..?-Esos segundos se le antojaron infinitos y estaba aterrorizada.-¡No..!- Levantó como pudo el sable, lanzó un grito desgarrador.
Los ojos cerrados...Un sonido, el chocar de la garra contra una espada.
 Lianndra abrió los ojos y vio que había alguien delante suya, no pudo distinguirla bien por la oscuridad y el cansancio. Se libró del monstruo fácilmente y le habló a Lianndra.
-¿Estás bien?- Era una voz femenina.
-S-sí, ¿Por quién me has tomado?-
-Mmm...No, no estás bien.-
-Eso no es ciert...-Intentó levantarse, pero le dolía demasiado.
-Bien...Ponte allí, al lado de la otra chica, esto acabará rápido.-
Lianndra asintió...¿Quién era aquella chica y qué hacía allí? ¿Por qué las ayudaba?
Cuando ya estaba al lado de Victoria se fijó en que aún estaba aterrorizada...Le dio unas palmaditas para ver si reaccionaba, pero no ocurrió nada.
Se escucharon unas palabras en un idioma extraño y Lianndra pudo distinguir a la chica misteriosa alzando la espada...Uno brillo envolvió a aquella chica y su espada, pero no un brillo normal, si no un brillo oscuro...Parecía que su espada estaba succionando la oscuridad, cada vez había menos niebla y más claridad.
Cuando por fin el cielo estaba despejado, ya se podía ver cómo era la chica, alta con el pelo plateado, vestía con un vestido verde hasta las rodillas y unas botas. Estaban completamente rodeadas de aquellos bichos y eso que ya habían derrotado a muchos antes...
Empezó a decir otra cosa en aquel extraño idioma, pero un monstruo la interrumpió y solo le dio tiempo a apartarse un poco, una de las garras alcanzó su mejilla derecha, en la que quedó un rasguño sangrante.
Con rabia cortó la cabeza de aquel ser y luego le clavó la espada en el torso.
Comenzó de nuevo con aquellas palabras, pero los monstruos seguían queriendo atacarla.
C que se había colocado junto a Lianndra y Victoria, usó sus últimas fuerzas para quemar a los atrevidos que se acercaban demasiado a la otra chica.
Terminó de recitar las palabras y una vez más, alzó la espada. De ella empezaron a salir flechas negras en todas direcciones, que acabaron con todos los monstruos en un instante.
Cuando parecía que ya estaban a salvo, la chica misteriosa se acercó a ellas.

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