domingo, 30 de agosto de 2015

"¡Se acaba el verano! Nica's"

La brisa marina acariciaba el rostro de Yimei y hacía que su cabello se moviese dibujando ondas en el aire. Nunca pensó que su Jefa la fuese a dejar tener semejantes "vacaciones".
Tenía que seguir abriendo el Nica's, bueno, un Nica's que había en esa misma playa y que misteriosamente era igual al suyo en la ciudad... Pero este Nica's no era una cafetería, si no un chiringuito. Le tocó aprender varias recetas... Pero, aún así, eso para ella eran vacaciones.
Su jefa la había advertido de que algo grande iba a pasar, pero decidió ignorarlo. Ese día ya habían cerrado y Keyla estaba en bikini, de color rosa, jugueteando en la arena ella sola. Yimei la observaba con ternura cuando... Se fijó en que había alguien en el agua, se suponía que aquella pequeña playa era privada para el Nica's costero. ¿Qué hacía alguien ahí y quién era?
Fue a averiguarlo, ella también llevaba el bikini puesto, el suyo era de un color amarillo apagado, la verdad era que dejaba poco a la imaginación... Pero estaba tan solo con Keyla, así que no importaba.
La marea estaba tranquila, ni una ola.
-¡Eeeeh, tú! ¡El que está en el agua! ¡Sal de ahí!-
No obtuvo respuesta, se fijó en que flotaba de una forma extraña y se horrorizó.
Se lanzó al agua y fue nadando velozmente hacia él, cuando lo vio de cerca no se podía creer quién era. Lo sacó del agua y procedió a hacerle una maniobra de reanimación. Keyla la vio de lejos y se acercó corriendo, se llevó las manos a la boca asustada y agobiada. Pero justo en ese momento la maniobra surtió efecto y el chico escupió toda el agua tragada, Yimei lo puso de lado para que no se atragantase.
-Buen chico...-Se restregó el brazo para quitarse todo el sudor que la perlaba.
-¡Andrew! ¿Estás bien, cómo te has ahogado..? ¡Si se hace pie!-Keyla estaba tan asustada por lo que podría haber pasado, que no se dio cuenta de que el chico estaba en bañador. Un bañador celeste hasta las rodillas.
-N-no sé nadar... Nunca he visto tanta agua junta y sin congelar...-Andrew se dio cuenta de su situación y se puso colorado, quiso taparse con los brazos, pero también se fijó en que no tenía su bufanda.-P-podríais darme algo de ropa... No sé por qué estoy en ropa interior...-
Las chicas solo pudieron reírse a carcajadas, después de un rato riendo, Yimei pudo contestarle.
-No es la ropa interior, pequeño, es un bañador.- Como lo vio con cara de haber visto a un perro verde, se lo explicó.-Un bañador es una prenda que se usa cuando vas a un sitio con agua, para bañarte, está hecho de un tejido especial para ello que se seca rápido.-
-Mmm... Vale...-
Escucharon un chapoteo y un grito que venía del agua.
-¡Se hace pie!- Gritó Keyla sin ver quién estaba chapoteando.
A los pocos segundos, paró y pudieron ver como una chica pelirroja salía del agua y estrujaba su larga melena para que chorrease agua, también llevaba un bañador de cuerpo entero y de color verde claro, parecía uno de niña pequeña... y le sentaba como un guante...
Andrew se tapó el rostro, avergonzado.
-¡Bienvenida, Lianndra!-
La recién llegada vio a todos con ese aspecto, se miró a ella misma y se sonrojó.-¡¿Qué significa esto!? ¿¡Por qué... Por qué yo...!?-
Yimei iba a explicarle todo cuando otra chica salió del agua, tenía algas en la cabeza y en el hombro izquierdo, que se quitó con una expresión asqueada.
-¡Victoria, míranos!-
Victoria hizo caso a su amiga y se puso más colorada que ella, se tapó como pudo... Llevaba un bikini azul oscuro casi negro, la parte de arriba unida por un aro y la de abajo por lazos.
Soltó un gritito, entonces Yimei procedió a explicarles como había hecho con Andrew.
-¿En qué clase de mundo la gente se pasea medio desnuda sin ningún problema..?-
-En este.- Contestó Yimei a la pregunta de Lianndra.
Otro chapoteo les llamó la atención, Victoria se retiró del agua seguida por Lianndra y justo en ese momento, dos chicos salieron.
-¡Dirian!- Victoria se quedó mirando sorprendida y sonrojada a su amigo. Se le marcaban los  músculos y...Volvió a gritar, maldijo a su mente y se dio la vuelta para que no la viese.
El chico se sonrojó también al verlos a todos con esos atuendos.-Tyler... Dime que esto no es normal entre los plebeyos...-
Tyler se limpió el agua del rostro y le contestó.-Nop, aunque yo tuve que vestir sin camiseta en mis tiempos más pobres...-
Tyler tenía un bañador más bien corto y de diferentes tonos de verde. En cambio el de Dirian era rojo.
Antes de que se crease más confusión, Yimei les explicó todo de la misma forma.
-Vaya... Hoy estáis todos aquí... Esto va a ser interesante...-
-Está bien... ¿Y qué es este lugar? Nunca he estado aquí...-
-Yo tampoco.- Secundó Tyler.
Keyla decidió responder.-Es un sitio para que descanséis después de vuestras duras aventuras.- Sonrió.
-Yimei... ¿Por qué estamos esta vez en la playa..?-Preguntó Victoria.
-Me han dado vacaciones y mientras, el Nica's ha cambiado de lugar.-
Lianndra decidió meter baza.-¿Quién es la chica nueva? ¿¡Y por qué vamos así vestidos!?-
Andrew respondió a lo primero.-Se llama Keyla... Pensaba que siempre había estado aquí y ni siquiera sabía que vosotras ya habíais estado...- Seguía tapándose la cara.
-Pues ni idea a por qué venís así vestidos, misterios del portal... Pero fuera esas vergüenzas, esto es de lo más natural,  quiero veros ya sin taparos... ¡Venga, venga!-
-Yimei... Vas a hacer que malpiensen...-
-¡N-no tenía malas intenciones! ¡Lo juro!-
-Déjalo...-
Sin que se lo esperasen, Victoria se dio la vuelta y puso los brazos en jarras.-Bien... ¿A-así?-
A Lianndra no le quedó más remedio que hacer lo mismo, aunque lo hizo a
regañadientes, se cruzó de brazos.
Andrew fue el único que aún se tapaba algo, la boca.-O-oye... ¿No tendréis algo para ponerme como bufanda..?-
-¡Morirás de calor!-Dijo Yimei.
En cambio, Keyla corrió dentro a por algo y volvió con una bufanda.
-¡Eeeh! Esa bufanda es mía.-Se quejó Yimei.
-Lo siento, es lo primero que he pillado.-
Andrew se la puso de forma que en ningún momento se le viese la boca.
-Tío, que raro eres...-Le dijo Tyler.
Dirian le dio un codazo.
Ahora sí estaban todos listos y Yimei les preguntó.-¿Qué os gustaría hacer?-
-Ponerme ropa decente...-Se quejó Lianndra.
Esto provocó que Yimei se diese con la mano en la cara.-Todos tuyos, Keyla, eres de su edad, los comprenderás mejor...-
-¿Y-yo? Esto... Bueno, ¿Qué os parece si nos bañamos un rato? Al fin y al cabo, esto es una playa.-
Todos parecían conformes, hacía mucho calor.
Andrew la miró con ojos suplicantes.-No sé nadar...-
-Lianndra te enseñará, es toda una experta.-Tyler guiñó un ojo a la chica pelirroja.
-¡Vale, yo tampoco sé nadar!-
-B-bueno, se hace pie, no lo vais a necesitar... Y tenemos a la súper socorrista, Yimei.-
-Sí, sí, podéis estar tranquilos.-
-Toma, Lianndra, te he traído estas gomillas, con esa melena te vas a agobiar... Será mejor que te hagas dos coletas o algo.-
La chica hizo caso a su consejo.
-¡Pues vamos todos al agua!- No los veía con mucho ánimo, así que los animó con un truco barato.-¡Tonto el último!-
Lianndra ya se había recogido el pelo en dos coletas e intercambió una mirada con Tyler, sin perder un segundo se lanzó al agua al mismo tiempo que él.
-¡Te gané!- Dijeron a la vez.
-Mira, da igual. Eres tan enana que sí que tendrás que aprender a nadar.-Tyler se rió el solo de su chiste y no se dio cuenta de que Lianndra iba a lanzarse  a por él para hacerle una ahogadilla.
Dirian suspiró.-Siempre igual...-
-¡Con calma, niños! Bueno, yo me quedo aquí fuera... No pinto nada jugando con niños...-
-Yimeiiii, joooo...-Se quejó Keyla.
-Ve y diviértete, esto no pasa todos los días.-
Con cara enfurruñada, Keyla le hizo caso y se lanzó al agua, seguida de un temeroso Andrew.
Victoria se quedó parada en la orilla, observando como el agua rozaba sus pies.
-¿No te unes al resto?-
Se sorprendió, no pensaba que Dirian fuese a pararse a su lado y a preguntarle aquello.
-Es que... Nunca he estado en el mar, será la primera vez...-
-Al llegar ya has entrado al agua.-Se rió.
-Pero... ¡No cuenta!-
-¿Qué te parece si entramos a la vez?- El chico le tendió la mano.
-¿D-de la mano?- Volvió a sonrojarse y esta vez más que antes.-Está b-bien.-Le dio la mano.
-¡A la de tres!-Sonrió de una manera que disipó todos los temores y preocupaciones de Victoria.-Una... Dos... Y... ¡Tres!-
Se metieron a la vez.
Tyler hasta ese momento había estado peleando con Lianndra, lanzándose agua y haciéndose ahogadillas, pero cuando sus dos amigos entraron en el agua a la vez...
Se quedó inquieto.-¿Quién ha sido el último?-
Lianndra gritó.-¡Yimei!-
Los dos comenzaron a burlarse de ella.
-¡P-pero si yo he dicho que no iba a bañarme..! Bah... Voy a prepararos unos zumos...-Se fue con un brillo malicioso en la mirada.
Mientras todos observaban la marcha de la mujer, Tyler pasó a la acción. Le bajó el bañador a su amigo Dirian, haciendo que este tuviese que soltar la mano de Victoria para taparse.
-¡M-maldito! ¡¿Qué pretendes?!-
Tyler estaba riéndose a carcajadas, lo que aprovechó Lianndra para una buena ahogadilla. El chico tragó agua y salió fuera, Lianndra lo siguió. Esta vez cogió un puñado de tierra y se puso a lanzársela al chico, él no tardó un segundo en hacer lo mismo. Cuando Lianndra se cansó, intentó pegarle, pero salió corriendo, ahí comenzó una persecución por la playa.
Dirian había recuperado su bañador con ayuda de Victoria, la chica había vuelto a caer en sus preocupaciones y se había sonrojado hasta la punta de las orejas.
Andrew había insistido en querer aprender a nadar, así que Keyla lo estaba enseñando sin resultados...
Yimei veía todo esto desde dentro, mientras preparaba los zumos. Todos estaban distraidos y parecían pasarlo bien, no de un modo convencional, pero eso era lo de menos...
Al fin había conseguido que se olvidasen las preocupaciones de su mundo y que disfrutasen de un día normal...
Ya preparados los zumos, los sacó a la terraza y llamó a los jóvenes, llegaron Dirian y Victoria los primeros, después Andrew y Keyla, por último unos cansados Liandra y Tyler subieron la escalera.
-Morirás... Tyler... Y yo... te mataré...-
-Sí... Estoy deseando... Ver... Eso...-
Susurraban los dos entre jadeos.
Al fin llegaron y se desplomaron en unas sillas, todos tenían un zumo de piña propio... Pero en la bandeja solo quedaba uno en un vaso más grande y con dos pajitas.
-¡Es mío!-Exclamó Lianndra.
-¡De eso nada!-Reprochó Tyler.
Yimei los paró.-¡Es para los dos! ¡A ver si así os relajáis y aprendéis a convivir!-
Los dos se quedaron con la cara blanca, mientras los demás comenzaron a reírse.
No les quedó más remedio que compartirlo y sonrojados bebieron cada uno de un lado hasta acabarlo.
Yimei los miró maliciosamente todo el tiempo.
-¡Espero que lo hayáis pasado bien! ¡No todos los días se tiene una experiencia como esta!-
-Y que lo digas...-Lianndra miraba al suelo nerviosa, con el ceño fruncido y sonrojada.
Yimei se rió.-Pero... Todo lo bueno acaba... ¡Espero volver a veros otro día a todos!-
Keyla la miró asustada.-¡Si no quitas esa expresión de tu cara, lo volverán a malpensar!-
-¡N-no tengo ese tipo de intenciones!-
Nada más decir esto, todos desaparecieron uno a uno y se quedó a solas con Keyla.
-Aún queda tiempo para que anochezca... ¿Hacemos un castillo de arena?-

Una chica de pelo castaño, con unas gafas de sol y un bikini azul, con pantalón, estampado de hibiscos blancos, estaba tumbada en una hamaca en el ático del chiringuito. Eiri estaba con ella.-Todo ha ido bien hoy.-Sonrió.-Es genial verlos divirtiéndose así, Yimei y Keyla han hecho  un gran trabajo...-
Eiri maulló feliz.
-Sí, pero como bien ha dicho... Todo lo bueno se acaba... ¡Hasta pronto verano!-

·Capítulo 20: Nueva amenaza·

Victoria estaba atemorizada y se sentía impotente sin ningún arma, a pesar de que C le había explicado más o menos cómo podía defenderse no estaba segura de poder hacerlo.-P-por la diosa.. ¿E-eso qué es?-
La paloma la miró con incredulidad.-¿No lo sabes? Es un rutu*.-Miró con reproche a C y esta le contestó.
-Yo he preferido que viva su vida feliz y sin preocupaciones, no le he contado gran cosa sobre las criaturas malignas de Glishes. Poca gente las conoce, pues casi siempre viven en sitios remotos.-
-No es momento de parlotear, aquí ya hay uno y los demás están por llegar.-Se quejó Dirian.
El rutu* que estaba allí, babeaba esa especie de lava, mirándolos con cara de loco. Sin previo aviso se lanzó a por el grupo. Atacó a Lianndra, que después de esquivar milagrosamente las dos cabezas de la bestia, le acertó con el sable en uno de los ojos de la cabeza derecha, haciendo que el rutu* retrocediese con un insoportable aullido de dolor.
-No perdáis el tiempo así, lo único que los mata es cortarles la cola.-Dijo C, demostrando sus conocimientos acerca de la criatura.
-¿Q-QUÉ? Pero si no paran de moverla ¿Cómo vamos a cortársela?-Exclamó Tyler.
-He ahí la dificultad...-Contestó Paz.-No os separéis, puede ser peligroso.-
Nada más decir esto Paz, Lianndra se lanzó contra el rutu*, se deslizó por la nieve debajo de la bestia y golpeó.
Después de unos minutos en los que todos contuvieron el aliento, a la bestia se le desprendió la cola y después se derrumbó, luego se deshizo en humo negro.
Lianndra dijo con aires de grandeza.
-Venga uno menos, ¿a qué esperáis para entrar en acción? Vamos chicos, demostrad lo que valéis.-
Todos se quedaron con la boca abierta.
-Ajá, así que.. ¿esto es una competición? Pues ve preparándote, porque vas a morder el polvo.-Le dijo Tyler.
 Lianndra se rió a carcajadas.-Nunca podrás matar a más bichejos que yo. NUNCA.-
-Ya veremos, chulita.-
Aparecieron dos rutus* más por los alrededores. Y Lianndra intentó ir a por el que tenía más cerca, pero cuando ya estaba al lado de la bestia, una tercera apareció y entre los dos la rodearon.
Victoria gritó pensando que su amiga estaba perdida...
Después vio que Tyler corría hacia ella, aprovechó que los rutus* estaban distraidos con Lianndra. Se paró unos pasos algo más atrás, extendió las manos en una pose extraña y de ellas brotaron dos feroces rayos que asestaron un golpe mortal a uno de ellos.
Victoria se sorprendió mucho al ver aquel ataque, no era nada que hubiese visto antes, aquellos rayos...
-¡Quítate de en medio, Tyler!-
-¿Así me agradeces que te salve? Nunca cambiarás...
-Puedo arreglármelas sola.-
Tyler susurró.-Sí, esta fue una de las razones por las que nos fuimos sin decirte nada.-
-¿Qué has dicho?-
El otro rutu* que había allí los miraba confuso e indeciso en si atacarles o no.
Finalmente, después de gruñir, se abalanzó sobre ellos...
La reacción de Tyler fue rápida y consiguió empujar a Lianndra para ponerla a salvo, él se quedó frente a la bestia, con las manos extendidas, pero no le dio tiempo a nada más. Esperaba recibir un duro golpe, pero no fue así.
Andrew había recortado la distancia, golpeó con su látigo al rutu* y la bestia retrocedió, la parte donde recibió el golpe se congeló levemente.
En esos instantes confusos, otra rápida reacción de Andrew los dejó a los tres momentáneamente seguros. Su látigo se movió a una velocidad de vértigo y golpeó la cola haciéndola añicos.
El mismo humo rodeó a la criatura y esta desapareció.
Por fin Victoria podía respirar tranquila, su amiga estaba segura, a no ser que volviese a hacer una locura...
-¡Tened más cuidado! ¡Han estado apunto de..!-
Lianndra se levantó de un salto y se puso a reprochar.-¡Pero no ha pasado!-
-Sí y gracias por venir, chaval.-Tyler, miró a Andrew y sonrió.
-...-    Andrew frunció el ceño.-Volvamos con los demás, anda.-
Sin perder un segundo, fueron corriendo junto al grupo.
-Tyler... ¡Me has hecho daño al tirarme al suelo!-
El chico se quedó atónito.-¿Habrías preferido que te comiese, enana?-
-¡No vuelvas a llamarme así! ¡Y antes de que un patán como tú me tocase, habría preferido ser la comida de aquel monstruo!-
-Ja... Bueno, si tú lo dices...-Dirigió su mirada al suelo y volvió a levantarla para mirarla.- Vamos empatados 1-1. Estoy seguro de que voy a ganarte.-
-¡De eso nada!-
-¡Parad ya los dos! ¡Esto es serio!-
Se callaron hasta llegar junto a los demás.
Ya estaba allí el otro rutu* que había aparecido antes y el único luchando contra él era Dirian, Andrew no dudó en ir en su ayuda. Otro rutu* apareció, Tyler y Lianndra decidieron ir a por él.
-C, yo quiero ayudar, no puedo ver como lucháis por mí sin yo hacer nada.-Habló Victoria.
-Todavía no estás preparada.-Le contestó ella y se fue a ayudar a Andrew con la bestia.
-¿Luchar por ti? ¿Crees ser importante?-Dirian dijo aquello con toda la naturalidad del mundo, mientras seguía luchando.
Se enfadó un poco por la forma engreída de hablar del muchacho.-Los monstruos me persiguen a mí, es por eso que quiero ayudar.-
Dirian pudo contestar por fin.-Es a mí a quien persiguen, no a ti. ¿Acaso eres la princesa de Glishes? Porque no lo creo.-
Cuando Victoria iba a replicar Tyler gritó algo, no lo escuchó, se habían alejado de nuevo del grupo. Pero ver a Lianndra en el suelo y a un rutu* acercándose a gran velocidad, le hizo imaginar qué decía.
Se abalanzó sobre ella, solo le dio tiempo a gritar.
Victoria que había cerrado los ojos los volvió a abrir y delante suya estaba Dirian con su hacha. El rutu* yacía a un lado deshaciéndose en humo.
-¿E-estás bien Dirian?-Preguntó Victoria.
-S-sí, tranquila.-Dirian tenía cara de dolor, y al mirar más abajo Victoria descubrió por qué.
Dijo.-Dirian... Puedo... Puedo intentar curarte.-
El chico tenía una herida sangrante en el costado.
-¿Curarme? ¿C-cómo..?-
-Quieto y verás. Puede que te escueza un poco.-
Andrew, furioso, lanzó un latigazo y acertó en la cola de la bestia derrotándola por fin.
En ese momento llegaron Lianndra y Tyler.
Victoria comprobó que su amiga estaba bien, lo cual era un alivio.
-¡Dirian! ¿Qué te ha pasado amigo?, pensé que eras más duro.-
-Aaahh, eso tiene que doler...-Habló Lianndra.
-Dejad que me concentre, Dirian quieto por favor, confía en mí...-Victoria colocó las manos sobre la herida... Pero no pasó nada.-...-
-¿Qué se supone que está haciendo tu amiga..?- Preguntó, medio susurrando, Tyler a Lianndra.
-Curarle... Pero no funciona...-
-Déjalo, está claro que no puedes...-
Las manos de Victoria comenzaron a brillar y la herida se fue cerrando.
-¿C-cómo has...? aah,sí que escuece.-Dijo Dirian con una mueca de dolor.
-No sé cómo lo hago...Simplemente me sale.-Contestó Victoria mintiendo, ya que, tenía que poner todo su empeño y concentrarse solo en aquello para que funcionase.-Esta vez me ha costado...-
La cabeza de Dirian descansaba sobre las piernas de Victoria y esta le acariciaba el pelo. Se había dado cuenta de que cada vez que curaba a alguien, podía sentir durante unos minutos lo que sentía esa persona y el chico estaba asustado.
-Tranquilo...-
-Ya lo estoy.-
Se le daba bien ocultar sus sentimientos.
El grupo aprovechó aquellos momentos de tranquilidad para reagruparse.
-¡Que nadie salga de la formación más! ¡Casi nos cuesta varias vidas cada vez que lo hacéis!- Gritó Kazen.
A lo que Tyler y Lianndra asintieron con la cabeza.
Esta última soltó el sable para hacer cuentas con los dedos.
-¿Qué haces? Ya nos han regañado por hacer el tonto...-
-¡NOOO! ¡Andrew nos va ganando por uno a los dos! La única forma de ganarle, sería...-
-Aliarnos.-
-¡JAMÁS! ¡Iba a decir: matar más monstruos que él!-
 En ese momento, dos aullidos escalofriantes se escucharon al unísono.
Una bestia cargó por sorpresa y a toda velocidad.
A Andrew no le dio tiempo a esquivarlo y cayó sobre Tyler, el látigo los enredó y no los dejaba moverse.
-Pero... ¿Qué haces, chaval? Me estás aplastando.-
-L-lo siento mucho... Ese monstruo me ha lanzado como si nada.-
El rutu* dio un coletazo dejando a Paz, C y Kazen fuera de combate. Al menos habían podido debilitarlo antes con bolas de fuego de C, Carámbanos de hielo de Paz y tornados de viento de Kazen.
Lianndra se quedó sola frente a la bestia, pero eso no era todo... Un rutu* que doblaba en tamaño a  los otros y que en lugar de dos cabezas tenía tres, apareció y se colocó junto a Victoria.
De la bestia se bajó una especie de mujer serpiente.

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¡Hola, soy yo de nuevo! Solo quería avisaros de que a partir de las 12 y media publicaré un especial de fin del verano... Sí, aunque cueste reconocerlo, todo lo bueno se acaba...
¡Hasta entonces!

jueves, 27 de agosto de 2015

"Tormenta en el Nica's"

La cafetería estaba cerrada, Yimei había mandado a Keyla limpiar la parte de abajo mientras ella se encargaba de la superior.
Al final se había acostumbrado a que aquella muchachita joven estuviese por el Nica's, ahora incluso dormía a veces en su casa, se había convertido en una hermanita para Yimei. No podía creer que una vez la hubiese odiado. Y no podía soportar que su jefa volviese a tener razón en otra cosa.
Por lo menos había echado atrás la idea de cerrar...
Un trueno interrumpió sus pensamientos, la tormenta que caía fuera no era normal, ya llevaba lloviendo dos días y no parecía que fuese a parar pronto... De repente se apagó la luz.
Yimei escuchó un grito que podía ser perfectamente de Keyla y se dispuso a bajar de inmediato. Casi se cae por la escalera por la falta de luz, mientras bajaba gritó el nombre de la chica.  Obtuvo una débil respuesta, pero le bastó para localizarla debajo de una mesa y abrazada a Eiri.
-¿Estás bien, Keyla..?-
La muchacha solo negó con la cabeza y empezó a temblar. Yimei se puso junto a ella y la abrazó.
Cuando pareció calmarse un poco, Yimei decidió preguntarle.-¿A qué le tienes miedo?-
-A-a los truenos...-
-No debes tenerles miedo, no va pasarnos nada.- Sonrió con ternura.
En ese momento sonó uno especialmente cerca, fue ensordecedor. Keyla soltó a Eiri y se abrazó con fuerza a Yimei.
-Vale, ese sí ha dado un poquito de miedo, pero ya está, ya ha pasado todo ¿Ves?-
-...-Las lágrimas brotaban de sus ojos.
Otro Trueno más fuerte ,si era posible, que el anterior retumbó y alguien mojado y siniestro entró por la puerta del Nica's. Keyla gritó por puro temor.
Yimei la intentó tranquilizar acariciándole la cabeza, pero no surtió mucho efecto.
-¿Quién anda ahí?-Preguntó.
El sujeto cerró la puerta y sonó como si tirase algo mojado al suelo.-¿Quién pregunta?-
-La dueña del local donde te has colado.-
-Disculpe... Es que me estaba calando hasta los huesos ahí fuera y como ya había estado aquí una vez...-
-Está bien... No pasa nada, pero ahora estoy ocupada. Si vas a la trastienda... No, mejor espera a que resuelva esto y te guío. ¿Cómo te llamas?-
-Yo... Andrew Gyulf...-
-Encantada, soy Yimei.-
-La chica del otro día... ¿Es la que ha gritado? ¿Qué le pasa?-
-Tiene miedo a los truenos.-
Keyla pareció percatarse de la situación.-¡Y-Yimeeiii!- Se levantó como pudo, aunque seguía temblando.
-¡B-bienvenido de nuevo, Andrew!-
Yimei también salió de debajo de la mesa, como pudo se dirigió a la barra y a tientas buscó y encontró lo que necesitaban. Con ayuda de un mechero encendió varias velas.
-Hala, algo es algo, ¡venid aquí los dos!-
Se acercaron, cada uno tenía una pinta lamentable a su manera. Keyla estaba tan asustada que no paraba de temblar y su cara mostraba verdadero pánico. Mientras que, Andrew estaba chorreando por completo, lo que había tirado era su abrigo, pero lo había recogido y llevaba en la mano.
-Vas a coger frío, chico. Será mejor que te enseñe cuanto antes el baño... Eres privilegiado, nadie ha entrado nunca al baño de empleados.-Le guiñó un ojo.- Keyla, cariño, no te preocupes, yo estoy aquí para protegerte y cuidarte.- Sonrió con ternura.
-Muchas gracias, Yimei.- Keyla mostró una sonrisa complacida.-¡Yo traigo una ropa de muda para Andrew!-
-Está bien, pequeña. ¡Te lo encargo!-
Así cada uno se llevó una vela y se dirigieron al interior de la tienda, la zona para empleados-Como la había llamado Yimei- Aunque en realidad era donde vivía ella.
En aquel lugar había una pequeña habitación amueblada, otra habitación más, esta simplemente con una cama y un escritorio, armario empotrado. Había otro pequeño cuarto, el baño. Tenía una bañera que hacía las veces de ducha.
-Bien, deberías darte una ducha caliente y cambiarte de ropa.-Sonrió Yimei.- Aquí tienes toallas.
-Estoo... ¿Yimei? Está bien, tienes razón... Pero aún así me da vergüenza...-Andrew se sonrojó.
-¡Ah, tú tranquilo, como si estuvieses en tu casa! Me voy para dejarte intimidad.-
Yimei salió del baño y dejó allí a Andrew junto a una vela, para que pudiese ver, en ese momento apareció Keyla con la ropa. La dejó junto a la puerta del baño y se sentó a esperar con Yimei. No tardó en sonar el agua cayendo en la bañera.
Al poco tiempo paró de sonar y un Andrew completamente colorado , salío envuelto en dos toallas, una en torno a la cintura y otra en la cara de forma que le tapaba la boca.
-P-p-perdón... ¿D-dónde está mi ropa..?-
Yimei señaló al suelo, junto a él. Se fijó en que Keyla estaba sonrojada y mirando a Andrew con ojos brillantes.
Sin perder un segundo, el chico cogió todo lo que había en el suelo y se volvió a meter en el baño.
-¡Ma-ra-vi-llo-so..!- Exclamó Keyla. Yimei la miró con una sonrisa picarona.-Eh...-Carraspeó Keyla.- ¡Maravilloso, ya no hay truenos!-
Yimei se rió a carcajadas.-Sí, sí, como si fuese por eso...-
Andrew salió del baño, llevaba puesta una camiseta blanca con un corazón dibujado y unos pantalones rosas. Además, había añadido al conjunto la toalla enroscada en torno al cuello y le tapaba la boca.-E-esto... M-muchas gracias por todo...-
-¡Andrew! ¡He mejorado haciendo tilas! ¿Quieres probarlas?-
-Oh... Vale.-
De vuelta en la cafetería, Eiri estaba en la ventana jugando con las gotas de lluvia que caían por el otro lado del cristal.
-¡Mira, mira! ¡Pruébala!-
Andrew dió un trago, su rostro mostró sorpresa y después se bebió el resto del tirón.-¡Está riquísima, sí que has mejorado! ¡Enhorabuena!-
-¡Gracias!- Keyla se sonrojó.
Yimei aprovechó el momento para preguntarle algo a Andrew.- Oye... ¿Y esa obsesión tuya con taparte la boca?-
-No tengo ninguna obsesión.-
Estaba claro que mentía.-Venga ya, si llevas una toalla para ocultar algo... Hasta cuando bebes lo haces de forma que no se te vea la boca y después te tapas a la velocidad del rayo.-
-N-no es verdad.-Ahora el que se había sonrojado era Andrew.
-Bueno, lo dejaré para la próxima.-
-L...la próx...-
Y así desapareció el chico.
-¡Jooo! Ojalá se pudiese quedar más, ahora estoy intrigada...-
Yimei se volvió a reír a carcajadas.

martes, 25 de agosto de 2015

·Capítulo 19: Reunión ·

Hacía frío, mucho frío, pero no era solo por el tiempo en la montaña... Los pájaros no cantaban, no se escuchaba ningún ruido.
El grupo estaba distribuido en círculo alrededor de Victoria y C estaba explicándole cómo podía defenderse.
Solo se rompió el silencio por un agudo aullido. Era aterrador, pero a Victoria no le daba miedo eso en sí, si no del monstruo al que pertenecía... Los arrdfijs* eran silenciosos, en su encuentro anterior no los había oído hacer un solo ruido.
Unos gritos resonaron por la montaña y repentinamente unos arbustos comenzaron a agitarse a un lado del ancho camino rodeado de árboles.
Todos se prepararon para afrontar lo que venía, pero no era lo que esperaban...
De allí lo único que salieron fueron dos jóvenes que parecían ir discutiendo.
Uno de ellos tenía el pelo gris y alborotado, los ojos verde azulados, era alto y llevaba puesta una capa azul larga y gruesa.
En cambio, el otro era tan solo un poco más bajo, con el pelo anaranjado y los ojos verdes, con pecas en la cara. Este llevaba una capa verde oscura.
El del pelo gris preguntó jadeando, al otro:
-¡Pero...! ¡¿Por qué razón has decidido tirarle a aquel monstruo una piedra!?-
-Porque me miraba con cara de hambre y yo no quería ser su comida.-
-Deberías haber hecho alguna otra cosa, por tu culpa nos está persiguiendo ¡y muy enfadado!-
-¿Y qué querías que hiciese..?-
Victoria veía como se peleaban aquellos dos mientras que los aullidos se escuchaban más cerca.
Cuando los chicos se dieron cuenta de que algo se acercaba parecieron asustarse, dejando la discusión para otro momento.
Lianndra parecía afectada por la llegada de aquel dúo, su expresión cambió de sorpresa a enfado en unos segundos.-¡NO PUEDE SER!-
Tras decir esto, rompió la formación y fue a todo correr hacia los dos chicos. Solo tuvieron tiempo para mirar con asombro a la chica pelirroja. Cuando estaba a dos pasos de ellos, saltó en el aire y le dio con las piernas al de pelo anaranjado en el estómago.
Salió disparado hacia el suelo nevado, con los ojos en blanco y se quedó tirado allí. Un fuera de combate de un solo golpe.
Victoria solo pudo llevarse las manos a la boca.
Lianndra puso los brazos en jarras.- ¡Te lo mereces!- Entonces se giró hacia el otro muchacho, con una expresión de furia máxima.-¿Y bien..? ¿Qué dices en tu defensa?-
-¡¿L-lianndra!? ¿¡Qué haces tú aquí!?-
-Respuesta equivocada, pero contigo no puedo desquitarme.-Miró al chico tirado en el suelo.- Él es diferente...- Una expresión de malicia se apoderó de su rostro.
-¡N-no te acerques, bestia enana!-
-¡Ooooh, ahora sí que vas a morir!-
El joven de pelo gris se cansó de la escena.-¡Parad ya! ¡Es una orden! ¡Qué vergüenza que siempre os comportéis así, tened un poco de compostura!-
Los dos a los que iba dirigida la bronca se habían puesto derechos y firmes. El chico un poco encorbado y con la mano en la barriga, era de esperar que le doliese después de semejante porrazo que le había dado la chica pelirroja...
-Así me gusta...- Dio unas palmaditas en la cabeza a Lianndra.- Bien, Lianndra.- Luego lo repitió con el otro chico.- Bien, Tyler.-
-Tampoco hace falta que me trates como a una mascota.-
-Es como Tyler me dijo que se comportaba una persona normal...-
Lianndra miró con rabia a Tyler.- ¿No podías enseñarle bien? ¡Así no conseguirá aprender nunca y lo descubrirán!-
-Pero así es más divertido.-Se rió y por fin recuperó una postura normal.
El chico de pelo gris cerró los ojos y frunció el ceño, parecía disgustado.
En ese momento, algo pasó volando sobre sus cabezas. Era una especie de paloma, o eso pensó Victoria.
-¿¡Qué hacéis!? ¿¡Lo he distraído para encontraros aquí haciendo el tonto!? ¡Pensaba que estaríais más lejos!- Aquel ave, fuese lo que fuese, había hablado.
-¡Lo siento, Kaze..! ¡Pero nos hemos reencontrado con Lianndra!-
-Sí, sí, muy bien... ¡Pero ya no podréis huir! ¡Toca gastar energías luchando y esos monstruos no son  como los que han ido apareciendo anteriormente! ¡Tienen una cabecilla!- La paloma agitaba tanto las alas que se le caían las plumas.
-¿Tú ahora también hablas? ¡Esto cada vez es más raro! No te estreses, pajarraco. Mira allí.-Lianndra señaló al grupo de Victoria.-Yo voy con ellos, unamos fuerzas en la batalla.-
Otro aullido resonó por todo el lugar, apremiando a que se decidieran.
-Vamos con ellos.-Decidió el chico de pelo gris y ninguno puso ninguna queja.
Llegaron junto a los otros cuatro e hicieron una nueva formación.
Al ver al muchacho de pelo gris de cerca, a Victoria se le aceleró el corazón. ¿Qué era aquella sensación? Le sonaba de algo aquel chico y tampoco sabía de qué.
-S-supongo que no hay tiempo para presentaciones...- Dijo Victoria algo asustada.
Un aullido volvió a sonar, esta vez parecía realmente cerca.
Entonces el chico del que aún no se conocía el nombre, se quitó la capa, la tiró, cogió su hacha y dijo algo.-Me llamo Dirian, formalmente lo haré después.-
¿De qué le sonaba a Victoria aquel nombre?
Todos siguieron el mismo procedimiento.
-Yo soy Tyler.-Lo que hizo este fue quitarse los guantes. ¿Acaso lucharía a tortas..?
-Andrew...-Desenroscó su látigo y dejó ver que la punta era de hielo punzante.
-Ya sabéis todos mi nombre, ¡Como para no saberlo!- Se mofó Lianndra dándose aires de grandeza.
-H-hola, soy Victoria.- Apenas podía hablar bien, entre el miedo, el frío y otro extraño sentimiento.
-Mi nombre es Paz.-
-El mío C.-
-Os habéis dejado dominar por los humanos... Soy Kazen.-Dijo lo primero refiriéndose a las dos últimas en hablar.
-Luego discutiremos, Kazen. Ya están aquí.-Zanjó la conversación, C.
Y tenía razón, de los arbustos por donde anteriormente habían salido Dirian y Tyler, apareció una bestia enorme y corpulenta. Era una especie de perro con dos cabezas, con colmillos como cuchillos y zarpas afiladas. De un color morado putrefacto, se le notaban los huesos de la columna a pesar de todo el músculo que tenía. Tenía una cola que no paraba de mover y al hacerlo sonaba como un sonajero.
Se puso a jadear desesperado y nervioso, al abrir la boca, Victoria pudo comprobar que de ella salía una especie de lava, que caía contra la nieve y la hacía derretirse.

Aulló de una forma mucho más espeluznante a las anteriores.
Realmente iban a pasarlo mal...

·Capítulo 18: Blanco esplendor ·

-¡Esto es alucinante!-Opinó Victoria con un brillo de admiración en los ojos.
El paraje nevado y calmado después de una ventisca, era algo digno de ver. Victoria estaba muy impresionada, a pesar del frío que hacía.
No dudaba en que su amiga Lianndra estaría igual que ella.
-A mí no me parece para tanto.-Dijo Andrew tras soltar una carcajada.
-Normal, vives aquí, tienes que estar acostumbrado. A mí no me gusta nada el frío.-
A pesar de que fue ella quién pidió salir, Victoria notó que a su amiga no se la veía muy contenta... ¿Era miedo ese brillo inseguro en sus ojos?
-Lianndra, ¿Qué te pasa? Estás blanca como la nieve.-C soltó una risita al final de la frase.-¿Tienes miedo?-
-Eh, yo no estoy blanca y menos por miedo.-Lianndra protestó orgullosa, sin querer reconocerlo.
La nieve era muy resbaladiza, Victoria empezó a correr y resbaló, en poco tiempo estaba en el suelo boca abajo y con el trasero hacia arriba.
A Lianndra se le escapó una risita e intentó disimularla en vano.
-... ¿Esta es la Heredera del Poder*?-Preguntó Paz sin dar crédito.
 Andrew entre risas se aproximó a ayudar a Victoria a levantarse.-Tenéis que explicarme eso de “la Heredera del Poder”* y ¿por qué es ella la princesa si el príncipe era un chico?-Le tendió la mano a la chica de pelo azulado.
-Ya te lo explicaremos de camino a Firyuk*.-Contestó C.
-¡No es justo! ¡Dijisteis que lo ibais a explicar cuando Victoria y Andrew estuviesen presentes!-Se quejó Lianndra.
-Aún no es el momento, pequeña.- Respondió, Paz, a la chica.
La cual se quedó refunfuñando en voz baja.
Victoria agarró su mano, pero al intentar incorporase se volvió a caer arrastrando a Andrew con ella.
-Pero... ¿¡Se puede tener peor suerteee!?-Gritó Victoria.
-Hombre,puedes ser un arrdfij* que se enfrenta a mí.- El orgullo de Lianndra volvía a despuntar.
-Un momento... C ¿notas eso?-Preguntó Paz.
-Sí... Será mejor que Victoria entre a la casa.-Le contestó C con el ceño fruncido y la voz fría.
Victoria empezó a temblar pero no era por el frío, sabía muy bien la razón.-¿O-otra vez?-
-Otra vez,-Afirmó C.-ya te dije que no te darían tregua...-
-Andrew ve a por tu látigo, aprisa y muéstrale a Victoria dónde esconderse.-

El chico asintió ante la frase de Paz y acto seguido agarró a Victoria del brazo, dispuesto a arrastrarla, esta se debatió hasta que logró zafarse del agarre del otro joven.-¡NO! No puedo esconderme mientras vosotros lucháis por mí, tengo que hacer algo al respecto.
Van a por mí no a por vosotros.-
-Victoria...-Dijo Lianndra con mirada comprensiva.
-Victoria, mi misión es protegerte y no voy a dejar que ningún arrdfij* te haga un solo rasguño.-C seguía con el ceño fruncido.
Victoria dedicó una sonrisa hacia C.
-Entiendo tu posición pero si los arrdfij* te hacen daño a ti, me sentiría muy mal, porque no eres solo mi “protectora” también eres una gran amiga para mí.-
C pensó un rato, al fin se decidió.-Está bien puedes quedarte, pero ten mucho cuidado y quédate detrás mía todo el tiempo.-
C asintió mirando hacia Paz y esta anunció con voz seca y firme:-Preparad las armas... y tened todos mucho cuidado.-

          

jueves, 20 de agosto de 2015

·Capítulo 17: Reencuentro·

A Lianndra acababa de hablarle la gata de Andrew, pero en lugar de alterarse, se limitó a mirarla mientras masticaba un puñado de frutas de nieve*.
-¿No te sorprendo?- Preguntó.
La chica negó con la cabeza.
-Eres una de las dos personas que no se han asustado al oírme. El otro fue Andrew.-
Tragó lo que tenía en la boca y decidió arriesgarse a confesarle que C también hablaba, dependiendo de su reacción vería si tenían relación o no. -No me ha parecido tan raro, porque aquella cerdita que ves también habla.-
 A Paz se le iluminaron los ojos de color azul hielo, saltó encima de Lianndra.-¿Lo dices en serio?-
-Pues claro, yo nunca miento.-
-¡Lo sabía! ¡Lo sentía! Pero no estaba segura, parecía un sueño... Después de estar dormida tanto tiempo pensaba que estaba oxidada, ¡Pero no! ¡No te imaginas lo que significa!-
Estaba claro que esas dos se conocían.
-No entiendo nada de lo que dices...-
-Ya veo que Naia no te ha contado mucho del tema...
-Nos dijo que en Firyuk* nos lo contaría todo.-
La gatita cerró los ojos y los abrió enseguida con una sonrisa en la cara.-Andrew iba a llevarme, que yo pudiese hablar de nuevo solo podía significar una cosa: "La Heredera del Poder"* había usado la magia por primera vez. Si mi sexto sentido no me falla... Es esa chica, ¿Verdad?-
-Si te refieres a Victoria, según C, es la Princesa de Glishes*.-
A esa "gata" le brillaron de nuevo los ojos.- "C"... O como yo la llamo: mi compañera Naia...
No me creo que me haya cruzado con ella antes de llegar al bosque...-
Mientras que Lianndra volvía a prestar atención a la comida (Ya que, no quería comerse la cabeza pensando en todo aquello que había soltado la gata), C se despertó, parecía tan confusa como Lianndra al principio.
-¿Cómo hemos acabado aquí?- Es lo único que preguntó.
 No le dio tiempo a nada más, porque Paz se lanzó sobre ella.-¡Naia, oh Naia! Te he echado mucho de menos. Con esta forma se me hace raro todo esto, pero ahora siento que no estoy sola.-
A C se le iluminó la mirada de una forma parecida a la de Paz.- ¡Aaaahhh, tú! ¡No puedo creerlo! ¿Qué haces aquí?-
-Pues me sorprende que precisamente tú,
“la más indicada para cuidar de la Heredera del Poder* pregunte que qué hago aquí.
Estoy aquí por un buen chico.-Paz guiñó un ojo.
-Sabes que no fue elección mía ir con “La Heredera del Poder* ", me eligieron los superiores, Aizze.-C tenía una sonrisa en el hocico. Lianndra cada vez entendía menos.

-Oid, no me entero de nada, ¿podríais explicármelo?-
-La explicación debería esperar a que vuelva Andrew.- Dijo Paz, cuyo verdadero nombre acababa de descubrir Lianndra que era "Aizze".
-Y a que Victoria se despierte, así no tendremos que explicarlo más de una vez.-
Sin darse cuenta, las tres formaron mucho jaleo y con él, acabaron despertando a Victoria. Esta, bostezó sonoramente.-No habléis tan fuerte, así no hay quién duerma.- Después de decir esas palabras, Victoria volvió a conciliar el sueño.
Lianndra empezó a reírse, mientras que C y Paz solo sonrieron con ternura.
-Hora de la venganza...-La chica pelirroja soltó una risita maliciosa y acto seguido gritó el nombre de su amiga, al lado de esta.
-¡UUAAH! ¿P-por qué has hecho eso?-
-Te la debía, amiga.-Le sonrió.
-Hola pequeña heredera del poder, soy Aizze, pero de momento llámame Paz.
Creo que te precipitaste al usar tu poder por vez primera, tendrías que haber esperado a ser más madura.-
C sonrió con tristeza.-Lo dices como si pudiese controlarse, tendrías que saber que esas cosas salen cuando menos te los esperas.-
Victoria hizo por levantarse y Lianndra se acordó de la conversación con Andrew, intentó detenerla, pero no lo hizo a tiempo.
Paz se tapó la cara para no ver la escena.
La chica de pelo azul se puso roja hasta las orejas y soltó un gritito ahogado, mientras estiraba la camiseta para taparse, preguntó.-¿P-p-p-por qué estoy así? y de paso ¿Dónde estamos-
-La ropa estaba mojada y habríamos muerto de frío si no fuese porque Andrew nos encontró y nos trajo a su casa... Aunque no sé cuánto habrá visto al cambiarnos de ropa...-
Lianndra tuvo que soportar una mirada fría de Paz.
-Tienes unos pantalones sobre la cama y comida en la mesa.-
Victoria suspiró y después de ponerse los pantalones se incorporó a la mesa.
Cuando acabó de comer exclamó.- ¡Todo estaba delicioso! Dadle la enhorabuena al cocinero, de mi parte.-
Un frío repentino entró y se fue tan rápido como se cerró la puerta.
-Puedes dármela ahora mismo.- Andrew entró con dos perrinejos* y los dejó sobre la encimera de la cocina.
A Victoria le pilló desprevenida la entrada del chico.
Lianndra se rió por la reacción de
su amiga.-Victoria, estás roja ¿Qué pasa? ¿Te ha impresionado?-
Andrew también enrojeció repentinamente.
Su amiga protestó en seguida.-¡Lianndra! N-no imagines cosas raras...-
-Ay, mi niña, que ya empieza a sentir cosas especiales. ¡Si hace nada estaba jugando con pollos en la granja!- Siguió hablando C.
Esto hizo que Victoria enrojeciese más.
-¡Qué buen ojo tienes, pequeño Andrew! Ella es la Heredera del Poder.
Victoria, querida, Andrew es un buen chico, puedes sentirte segura con él.- Continuó, Paz.
-¡P-pero, Paz..! A mí no me gusta esta chica y creo que ella opina lo mismo sobre mí.-
-¡Por supuesto que no! a mí no me gusta Andrew y no quiero que penséis lo contrario, ni lo imaginéis, por favor.-
-Está bien, parejita, os dejaré tranquilos.
Ey, Andrew ¿Podríamos salir fuera? Es que por nuestro pueblo pocas veces nieva...-Preguntó Lianndra.
-Claro que os llevaré fuera, pero solo si dejas de llamarnos: "Parejita".-
-Buueeeeno, está bien...-
-Entonces habrá que esperar a que deje de nevar.-

·Capítulo 16: Frío y calor·

Cuando Lianndra despertó estaba en una habitación acogedora, con una chimenea, el suelo de madera y las paredes del mismo material. Se encontraba sobre una alfombra cerca de la chimenea, con bastantes mantas encima.
En ese momento tenía hasta calor.
Se incorporó y a su izquierda vio a Victoria, C estaba a su lado.
Parecía que no había nadie más en aquella habitación.
-Hola, veo que por fin despiertas.-Dijo una voz.-Me alegro de que te encuentres mejor.-
Lianndra miró con más atención y descubrió a alguien en una cama pegada a la pared,
un poco más allá de ella. Se estaba poniendo una bufanda blanca rápidamente. Cuando vio quién era se sorprendió notablemente.
-¿¡Andrew!? ¿T-tú qué...? ¿Por qué...? ¿¡Qué pasa aquí?!- No pudo acabar ninguna pregunta.
-Pues os encontré a ti y a la otra chica en la nieve, cerca del límite de las montañas, os traje a mi casa y...Bueno aquí estáis.-
-Muchas gracias... Nos has salvado la vida...-
El chico suspiró.-No ha sido nada... Os lo debía, al final no os guié montaña arriba.-Andrew le dedicó una sonrisa nerviosa.-Por cierto la gata se llama Paz.-
Una gatita blanca se acercó a Lianndra.-¡U-u-una gatita! - Se le caía la baba mirando al animal, decidió cogerla y achucharla fuertemente.
Tenía unos ojos azul hielo que no eran normales en un gato.
Andrew se acercó más a la chimenea y con la luz se le distinguió mejor.-Oye, trátala con cuidado...- Se le cayó un poco la bufanda y Lianndra pudo ver un dientecillo que sobresalía de su boca al hablar.
Al final decidió preguntarle primero por
la gata.-¿Dónde la has conseguido? Es muy raro ver gatos.-
-Un día apareció en la nieve y me siguió a casa.-
-Aahhh... Curioso y... ¿Ese dientecillo de tu boca..?-
Andrew se llevó las manos a la cara con expresión preocupada.-¿L-lo has visto?-
-Por eso te he preguntado...-
El chico se sonrojó.-Es un defecto genético... Nací con él así, me lo quitaría o limaría, peroo... A mi hermana le encantaba...- Su expresión se tornó sombría.
Lianndra no entendía nada. ¿Acaso había algo de ese chaval que no sabía?
-Y... ¿D-dónde está tu familia? ¿Vives aquí solo?-
-...-La expresión de Andrew se fue haciendo más oscura.- Mi familia... Murieron cuando yo tenía 9 años... Estaba viviendo aquí con una anciana que me cuidó desde ese suceso, pero su salud empeoró por el frío cada vez más intenso en la montaña y... Tuvo que irse a vivir a Besby*... Desde hace 2 años vivo solo.-
La chica pelirroja no se lo podía creer... Ahora se sentía mal por hacer la pregunta. -Lo... Lo siento mucho.-
Al ver la cara de angustia de la chica, Andrew, decidió cambiar de tema.-O-oye... ¿Quieres algo de beber o... De comer?-
Ahora la había sorprendido con ese cambio de tema tan repentino.- No... Gracias.-
-¿Segura?-
A Lianndra le sonaron las tripas y se sonrojó. -S-sí, ¡Segura!-
-Pues ese delicioso pan tostado y esas frutas de nieve* serán para mí, sin mencionar el queso derretido con filetes de perrinejo* y...-
-¡Vale, vale! ¡Ya está bien, sí, sí tengo hambre!-Dijo con cara desesperada.
-Pues la mesa te espera...-
Lianndra soltó a Paz, se levantó de un salto y se quedó anonadada con lo que vio. La poca ropa que llevaba...
Lanzó una mirada asesina a Andrew.-¿Qué significa esto..?- Sus mejillas fueron tomando un color rojizo.
-Estoo... Eeeh... Yo... ¡Lo siento!-
-Será mejor que se te ocurra una excusa decente para explicarme por qué llevo solo una camiseta y la ropa interior...-
-N-n-no te alteres, por favor, ¡Escúchame!-
-Eso hago...-
-¡Pues deja de acercarte a mí con esa mirada de loca!-
Lianndra crujió los nudillos mientras reía con mirada ausente.
-E-es un monstruo...-
-¿Decías algo? ¿Algo que explique mi situación, tal vez?-
-¡Sí! Verás, es que vuestra ropa estaba mojada por la nieve, si os la dejaba puesta ibais a moriros, tenía que poneros ropa seca y limpia. Mira, te tenía preparados aquí estos pantalones míos...- Le tendió una mano donde los sostenía y sin perder un segundo, la chica se los puso.
-Te perdono solo por salvarnos la vida, hacernos de comer y... ¡Por tener una gatita tan mona!- Intentó volver a cogerla, pero le bufó.- Oh, vaya...-
Con un suspiro de alivio, Andrew
siguió hablando.-Bueno, voy a cazar algo para la cena, en un ratito vuelvo. Tú como en tu casa, ah y ahí hay unos pantalones para... Se llamaba Victoria, ¿no?-
-Síp.-
-Pues eso... Hasta luego.-El chico se puso su equipo para soportar el frío y se fue, al abrir la puerta se coló una ráfaga de aire helado.
Su gatita parecía quedarse triste.
Lianndra tenía tanta hambre que comenzó a engullir la comida. ¡Estaba deliciosa! Ese chico extraño cocinaba muy bien ¿Le habría enseñado aquella anciana que lo cuidaba?
-Pequeña, no te lo comas todo, deja algo para tus amigas.-
La pelirroja empezó a buscar a la propietaria de aquella voz por toda la cabaña.
-Estoy aquí, en el suelo. No debes tenerme miedo.-
Al mirar en la dirección indicada por la voz, Lianndra se sorprendió al ver que la propietaria de la voz era, ni más ni menos, que la gata de Andrew.
¿Qué hacía una gata parlante con aquel chico..? ¿Tendrían C y ella alguna relación..?

"Nueva empleada, Nica's"

Yimei aún miraba con mala cara a la muchachita pelirroja, peinada con dos moños y de ojos morados que estaba en SU cafetería trabajando como camarera y la amenazaba con quitarle SU PROPIA cafetería. El Nica's era SUYO si esa chica quería una cafetería que la montase en otro lugar.
Lo malo era que no podía quejarse, porque su jefa era la que había mandado a aquella chica allí.
Sí, su mensaje decía más o menos:
-Yimei, he decidido enviarte a una ayudante. Aún es principiante, pero confío en ti para que le enseñes todo lo que sabes. Puede que sea más trabajo para ti... Espero que me perdones y que Keyla no te dé muchos problemas.-
Keyla, así se llamaba aquella muchacha traicionera...
-Aquí tiene, su café. ¡Disfrútelo!- Dijo sonriendo,  Keyla, en eso que se daba la vuelta   y se acercaba a la barra.-¡Jefa, dos tés, por favor!-
Ahora le venía con esas, quería jugar sucio... Pero si Yimei jugaba sucio pondría en peligro la buena reputación de su cafetería. No, debía planear algo mejor que tirar las tazas y culpar a Keyla.
-Aquí tienes, sírvelos con cuidado.-
La joven muchacha iba con unos patines por la cafetería, era un milagro que no se cayese... Ahí volvía, a la velocidad del rayo y no se cansaba. Al menos si lo hacía no daba señales de ello.
-¡Tarta de melocotón, Jefa!-
-¡Oídoo!- Cogió un trozo de tarta de la nevera, con cara de frustración, miró a su empleada.-No hace falta que grites, te escucho perfectamente.- Claro, esa voz irritante era difícil no oírla...
-¡Entendido, jefa!- Seguía gritando.
 Yimei no sabía a quién le hablaba. -Ve poniendo el cartel de cerrado para que no entre nadie más.-
-¡Por supuesto, jefa!-
¿Podía haber algo más irritante? Era una chiquilla falsa, sonreía y fingía sentir admiración por ella, pero en realidad solo quería quedarse con todo.
Al fin cerraron la cafetería ese día, había sido un día ajetreado y Yimei confiaba en que iba a poder descansar, hasta que miró el mini almacén y descubrió que  no quedaban granos de café. ¡Viva, una cafetería sin café! Tenía que salir a comprar...
-Keyla, tengo que salir a comprar granos de café. Quédate en la cafetería y cuídala mientras no estoy.-
-¡A la orden, Jefa!-
O esa muchacha era muy lista o demasiado tonta... Yimei se puso el abrigo, cogió el bolso y se fue de la tienda.

Keyla se quedó sola... Bueno, no del todo, Eiri estaba allí. Un gato no la protegería en caso de que entrase alguien a robar... Estaba asustada. Decidió ordenar las sillas para distraerse.
La joven muchacha empezó a pensar en Yimei. Era una buena jefa, pero se sentía poco querida por ella ¿Por qué aquella mujer la miraba mal?
- ¿He hecho algo malo?- Era algo que Keyla no entendía.
Su otra jefa, Mónica, la había enviado allí para ayudar a Yimei. Últimamente la cafetería estaba muy llena y la pobre mujer no podía llevarlo sola. Pero no parecía muy contenta con ella allí.
Tal vez debería pedirle un traslado a Mónica... Algo la sobresaltó y se le escurrió de las manos una silla que llevaba. La campanita de la puerta había sonado.
-¿Q-quién anda ahí? ¡Está cerrado!- Se acercó a la puerta, cuando vio al chico que había entrado su corazón se desbocó. -Estoo... ¿Has visto el cartel de la puerta?-
-...- El chico solo se quedó mirándola un rato, parecía nervioso y apartó la mirada sonrojado.
-¿H-hola..? ¿Sabes hablar?-
-Sí..-Dijo por fin.-Me he perdido... Lo siento, a veces me cuesta hablar con desconocidos.-
Ese chico era realmente mono, definitivamente, si él frecuentaba el Nica's, Keyla no iba a pedir ningún traslado.
-Bueno, pues presentémonos, así no seremos desconocidos.- Habló, Keyla con una sonrisa en los labios.- Yo soy Keyla, solo Keyla.-
-Yo... Yo me llamo Andrew Gyulf.-
Ese nombre... ¡Ese nombre se lo había dicho su jefa Mónica a Yimei por teléfono! Algo de que iba a ir a la cafetería, peroo... ¿Quién era? En todo caso, le habían explicado cómo actuar en esos casos, así que, Keyla, procedió.
-Oye... Te veo angustiado, ¿Te gustaría..-No quería que se fuese tan pronto aquel chico guapetón, pero no tenía otra.- ...Tomar una tila? ¡Invita la casa!-
Andrew se mostró sorprendido.- Tengo dinero suficiente para pagar y...- Se llevó la mano al bolsillo y la sacó vacía.-¡¿D-dónde está..?!-
Keyla sonrió pícaramente.-Aquí no se acepta dinero y menos el tuyo.-
Se acercó y lo agarró del brazo.-Ven conmigo, siéntate por aquí.-Lo llevó hasta la barra y se puso a preparar la tila.
-¿Cómo he llegado hasta aquí y cómo puedo volver a casa?-
-La tila es la solución a tus problemas, hablando de eso... ¿Puedo ayudarte con algo?-
-...- Andrew la miró fijo y esta vez sin sonrojo.
-¿H-he dicho algo malo..?-
-Eres una cotilla. Me voy de aquí.- Andrew se levantó dispuesto a irse.
Keyla lo retuvo agarrado de la muñeca.-¿¡Q-qué?! ¡No, no soy ninguna cotilla! ¡Solo me preocupo por ti! Se te ve apagado...-
-Desde los 9 años no tengo motivos para ser feliz. Ahora, si me pudieses solt... ¿Qué estás haciendo? ¡Así no se prepara una buena tila!-
La muchacha se quedó a cuadros.-¿Perdona..?-
-¡Lo estás haciendo mal, así no le sacarás partido a la receta! Anda, déjame a mí...-Andrew se puso detrás del mostrador, junto a Keyla.
En unos momentos ya había preparado la tila.- ¿Lo ves? Así sí. Ahora solo falta probarla...-
De un trago se bebió toda la taza.-¡Perfecta!-
-¡Oye..! ¡No puedes hacer eso, yo soy la empleada!-
-Pues practica cómo hacer tilas, la próxima vez que vuelva quiero ver buenos resultados.-
-¿V-vas a volver?-
-¡Por supuesto! Bueno... Eso si sé có...mo ha...cerlo...- El chico desapareció.
Keyla se quedó con la palabra en la boca. Ya la habían avisado de que eso pasaría, peroo... Era muy extraño.

Desde una habitación oscura, con ordenadores encendidos, había dos jóvenes morenas observando una de las pantallas. En ella se podía ver la cafetería Nica's y a Keyla.
-¿Ves como es de fiar, Yimei?-
-No me gusta, no me cae bien... Pero ha hecho bien el trabajo.-
-Entonces está decidido que a partir de ahora será tu ayudante.-
Yimei suspiró.-Está bien... Pero en cuanto aprenda a llevar el trabajo se va a otro establecimiento.-
-Creo que acabarás cogiéndole cariño.- Se rió, Mónica.
-Estás evitando mis frases...-

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Disculpad que no haya publicado estos dos últimos días... Pero como recompensa hoy será un día especial y publicaré un capítulo del Nica's + 2 de la historia principal.
Este del Nica's está programado a las cinco de la tarde, mientras que los otros llegarán un poco más tarde, pero llegarán ^^"
Y este finde semana publicaré un capítulo del Nica's (Como siempre) Pero también uno normal :3
¡Hasta la próxima! 

jueves, 13 de agosto de 2015

·Capítulo 15: Camino de subida·

Andrew se había dado a la fuga durante la noche, había dejado más dinero de la cuenta para pagar aquellas botas que necesitaba y se había llevado unas.
Dispuestas a subir la montaña, Victoria y Lianndra intentaron abandonar la tienda de la familia Záitsev, pero las retuvieron para darles indicaciones y unos buenos abrigos.
No podían ver marchar a dos muchachitas desprotegidas del frío teniendo una tienda de abrigos. Victoria no quería aceptarlos, ya creía haberse aprovechado demasiado de la hospitalidad de la familia. La convencieron diciéndole que gracias al dinero de más que había dejado Andrew, podrían permitirse regalar abrigos durante una temporada.
Se despidieron y dieron las gracias a aquella amable y extraña familia. Prometieron volver a visitarlos y devolverles los favores.
Sin más dilación, se pusieron en camino.
Por el camino empinado que subía hacia Raeren alto.
C calculó que tardarían más o menos un día y medio en llegar a la "cima" si todo iba bien. Aquello no era del todo una montaña, si no una meseta rodeada por montañas, que formaban una cordillera en torno a la meseta.
Al principio fue fácil ya que no había mucha inclinación pero luego se fue complicando.
Llevaban abrigos bien calentitos y bastante comida, pero la subida era difícil y dura.
Nevó y andar cuesta arriba y con tanta nieve fue un verdadero reto. Una vez Victoria estuvo a punto de resbalar y caerse, por lo que Lianndra se quejó.-¡Ni se te ocurra caerte aquí, conociéndote podrías hacerlo.-
A lo que C añadió.-Ve por la parte que está alejada del borde,solo por seguridad,no te lo tomes a mal.-
Victoria suspiró y fue al lugar indicado por la cerdita.
Cuanto más cansadas estaban, más bajaba la moral.
-T-t-tengo frío.- Dijo Victoria.
-Y-yo n-no pue-edo sub-bir m-más,
dej-jadme a-aquí.-Lianndra casi no podía hablar.
-N-ni hablar, n-nunca dejaré a u-una amig-ga tir-rada. ¿Me o-oyes? Nunca.-Victoria no podía creer lo que había propuesto Lianndra.-Decidiste venir por mí y no voy a permitir que te pase nada mientras yo pueda evitarlo.-En ese momento,
a Victoria no se le quebró la voz por el frío.
C en cambio no sentía aquella temperatura.
-¡Ánimo! ¡ya queda muy poquito!-
Aquello era cierto, ya estaban casi arriba, pero... ¿Lograrían sus cuerpos soportar aquellas temperaturas extremas..?

Por fin habían llegado, estaban arriba. Mejor no mencionar cómo habían pasado la noche, sin ningún sitio donde resguardarse...
Heladas y agotadas, pero al fin arriba.
Lianndra sonrió.-Ya e-está...-
Sin previo aviso, la chica se desplomó, cayendo en la fría nieve.
Aunque Victoria intentó aguantar, no pudo y cayó junto a su amiga, a la que se había acercado, preocupada.
C corrió su misma suerte y así quedaron las tres...


martes, 11 de agosto de 2015

·Capítulo 14: Hospitalidad ·

Habían terminado de comer y todos se habían ido a dormir, menos Svetlana y Victoria.
La mujer se había puesto a fregar los cacharros y la chica quería compensarle de alguna forma el buen estofado que les había preparado y que la dejase dormir en su casa.
-Deberrías irrte a dorrmirr, tienes que ahorrarr fuerrsas parra mañana.-
-No, no tengo sueño.- Contestó sonriendo.
-¡Venga, venga, sin rechistarr! De lo que queda puedo encarrgarrme yo.-
-V-vale...-Se dispuso a marcharse, pero recordó algo y decidió aprovechar el momento para preguntar.- Antes, su marido llamó a Andrew: "Chico del Milagro"... A él no pareció gustarle.
¿Por qué lo llaman así y por qué le molesta..?-
La expresión de Svetlana cambió y se puso más seria.-Algo susedió cuando él tan solo tenía 9 años...Toda su familia murrió y... El pequeño Andrrew fue el único superrviviente... Esto es muy perrsonal, así que si quierres saberr más tendrrás que prreguntarrle a él.-
-¡Eso es terrible! Está bien... Gracias por todo.-
Victoria inclinó la cabeza en señal de despedida.
Si ella era realmente la princesa, había pasado por algo parecido con su familia. Aunque ella no los había llegado a conocer, así que no era lo mismo...
Se fue al cuarto que le había prestado aquella familia.
La casa era más bien pequeña y humilde, por lo que ellas tenían que compartir habitación con ese tal Andrew.
Llegó, todo estaba oscuro, pero se podía distinguir a Lianndra durmiendo a un lado y a Andrew al otro.
Estaba despierto y mirando por la ventana.
-Hola... Es tarde, deberías dormir.-
El chico dio un respingo y se giró.-B-buenas noches, deberías seguir tu propio consejo.-Sonrió al final de la frase.
A ella también se le dibujó una sonrisa.-Tienes razón.-
Victoria se dispuso a acomodarse en un futón que había junto al de su amiga, pero advirtió que Andrew seguía ahí quieto.- ¿Te encuentras bien..?-
Él se giró.-Desde los 9 años nunca he estado bien...-
La chica de pelo azulado recordó la conversación anterior con Svetlana.
-Lo siento mucho...-Estaba al borde de las lágrimas.
Andrew vio la expresión de la muchacha y se preocupó.-Deben de haberte contado algo... Perdón, no estés triste... Ocurrió hace tiempo... Tengo que superarlo...-
-Pero es muy triste...-
-¿Y qué? No me conoces... No tienes por qué sentir lástima por mí...-
-¡No es eso! Además... ¿Qué importa si no te conozco? Eres una persona, una buena persona que va a ayudarme a subir la montaña.-
-Eres muy rara...-
-Mira quién fue a hablar...-
-Será mejor que durmamos, nos espera un largo y frío viaje hasta la cima.-
-Sí, buenas noches.-
-Hasta mañana.-
Así se despidieron los dos esa noche... Lo que no esperaba Victoria, era con lo que iba a encontrarse al día siguiente o mejor dicho... Lo que no iba a encontrarse.

-¡Victoria, Victoria!-
Alguien la zarandeaba y llamaba, abrió los ojos para ver a una Lianndra de expresión preocupada.
-Buenos días...-Bostezó.-¿Qué pasa..?-
-¡Es es chico, no está y su caballo tampoco!-
Algo adormilada, a Victoria aún le costó unos segundos captar lo que decía su amiga.-¿Eeeeeh? ¡¿Que Andrew no está?!-
Su guía había desaparecido durante la noche... ¿Cómo iban a subir ahora la montaña?
Tendrían que apañárselas solas...
-Mijail dice que ese chico suele hacer estas cosas... ¡Pero tenía que ayudarnos!- Se quejó Lianndra. -¡Lo prometió!-
-Déjalo...No le demos más vueltas.-


domingo, 9 de agosto de 2015

"Visita inesperada, Nica's"

Yimei estaba fregando el suelo de la cafetería. El ruido de la campanita que indicaba la llegada de un cliente...
-¡Está cerrado!-Cuando vio quién entraba se quedó de piedra.-¡J-jefa! ¿Cómo usted por aquí..?-
Su jefa, una chica más joven y bajita que ella, con el pelo un poco más oscuro y rizado, los ojos de color marrón también, unas gafas de color magenta y una montura ancha. Iba vestida con un pantalón corto, una camiseta a rallas negras y grises de manga corta y unas botas bajas
-Tenemos que hablar, Yimei.-Acto seguido, subió la escalera.
Yimei soltó la fregona y preparó chocolate caliente, en ese momento, Eiri, ya estaba subiendo la escalera. No tardó en seguirlos.
Vio a su jefa sentada en una mesa de un rincón de la planta de arriba, se acercó a ella y le sirvió la taza de chocolate, después se sentó al otro extremo de la mesa.
Se formó un silencio incómodo. Hasta que su jefa lo cortó con un suspiro.-Cuando te encontré solo eras una chica solitaria y tristona... Me alegro mucho de que ahora seas feliz.-Sonrió con ternura.
-¿A qué viene eso, jefa..?  Estaba sola, normal que me sintiese así... Pero ahora te tengo a ti, tengo a Eiri, a más personas.-
Volvió a suspirar.-Sabes que puedes llamarme por mi nombre. "Jefa" resulta extraño... Y más teniendo en cuenta nuestra relación.-
-Ya lo sé, Mónica...-
-Tienes que tener cuidado con lo que le dices a los que pasan por esta cafetería... Todo podría salir mal y nos descubrirían.
Hoy van a venir, voy a hacerme pasar por una cliente normal.-
-Eso también lo sé, Je- Mónica... Pero no creo que lo que les he dicho hasta ahora vaya a fastidiarlo.-
-Después de rehabilitarte te di este trabajo porque confiaba en ti y lo sigo haciendo, pero ten cuidado o la cafetería tendrá que cerrar.-
A Yimei le sentó como una puñalada, se quedó con la boca abierta.-P-pero ¡No puedes..!-
Parecía como si algo se hubiese roto dentro de Mónica.-Lo siento mucho, Yimei...-
La chica había recibido un duro e inesperado golpe por parte de su jefa, pero eso no iba a hacer que se rindiera. Cuando iba a levantarse y a exponerle lo que pensaba, Mónica se acercó a ella y la abrazó. Fue un abrazo sincero y duró bastante, mientras la abrazaba le dijo algo.-Aún recuerdo tu cara al ver a Eiri por primera vez...-
-Sí, al principio no entendía nada, pero después...-
-Van a llegar ya.-
-¡Oh, vamoos! ¡Corta rollos!
Efectivamente, sonó un portazo que procedía de la parte de abajo y luego, alguien comenzó a llamarla a gritos.
-Lianndra ha llegado primero.-Dijo Mónica.-¡Suerte!-
Yimei cogió su boina y se acercó a la escalera dispuesta a bajarla, pero la chica pelirroja ya estaba subiendo y se chocó con ella.
-¡Ay!-Se quejó ella.
-¡L-lo siento! ¿Estás bien, Lianndra?-
-¡Sí y tienes suerte de que lo esté!-
-Vaya... No tienes por qué hablarme así.-
-Estoy hablando normal.-
Yimei suspiró.-Bueno, ¿En qué puedo ayudarte?-
-Vengo de pasar un frío infernal...-
-¡No digas más!- Yimei sonrió y comenzó a bajar escalones.-Venga, sígueme, voy a prepararte algo genial.-
-¡Espero que no sea una tila!-
Eso provocó la risa de Yimei, que chica más graciosa era Lianndra.
Una vez en la barra, comenzó a prepararle a la muchacha un chocolate caliente.
-Aquí tienes.-
-Oh, gracias.-Lianndra tomó un poco y se quemó.-¡Está ardiendo! ¡Así debe ser un buen chocolate caliente!- La pelirroja se quedó mirando la taza.-¿Quién es la de arriba? Nunca hay nadie cuando vengo... ¿Es otra a la que engañas?-
-Para nada, es una clienta normal.-
No pareció convencerla esa respuesta.- ¿Dónde está Eiri?-Nada más decir su nombre, el animal maulló y se lanzó a sus brazos.
-Ya lo ves.-Yimei volvió a sonreír.
A Lianndra se le iluminaron los ojos.-¡Es taaaan bonito!- Y su expresión cambió.- No como esa C, estoy empezando a desconfiar de ella... En realidad no sé nada sobre lo que es ni de sus intenciones. Dice que ir por la montaña era más rápido ¡Eso no es cierto! Firyuk Sur es peligroso, pero por eso mismo tampoco íbamos a ir por ahí, podríamos haber ido por  la costa o por el río.-
-Tendrá sus razones, ya os lo explicará todo en su momento.-
La pelirroja suspiró.-Al menos me sirve para desahogarme...- Vació el contenido de la taza en un segundo y se quedó con el ceño fruncido, mirando la taza con expresión pensativa.
Cuando la chica parecía tambalearse, Yimei se acercó a ella y la abrazó.-Sigue con Victoria, te necesita.- Y sin más, Lianndra desapareció.
En ese momento, Mónica bajó la escalera y felicitó a Yimei, se despidió de ella y marchó.
La dueña del Nica's se quedó sola en la estancia, con Eiri ronroneando a su lado.
Cerrar el Nica's... No, su jefa no sería capaz de aquello. La persona que la crió no era así...

jueves, 6 de agosto de 2015

·Capítulo 13: Nuevo conocido ·

Hacía un frío terrible por aquel lugar y para empeorar las cosas, había comenzado a nevar.
Cuando Mijail les dijo que ya habían llegado, Victoria sintió un gran alivio y  Lianndra
exclamó: -¡SÍ, POR FIN!-
Provocando la risa del hombre. Acabaron en una tienda de abrigos, una yegua blanca estaba amarrada cerca de la entrada. A Victoria le pareció un animal precioso, luego se fijó en sus ojos y notó algo extraño... Un brillo de rebeldía... Cuando estaban a punto de entrar, le pareció que aquella yegua la miraba. Bah, serían imaginaciones suyas, era imposible todo eso.
Dentro se respiraba otro aire, un aire a cerrado y a cuero...Pero caliente, la sensación del calor se le antojó maravillosa a Victoria, se fijó en que a su amiga también le gustó la sensación. Estaba frotándose los brazos con cara de tonta.
La chica de pelo azul se rió disimuladamente y luego se fijó en que había más gente en la tienda.
-¡Nikolay, hijo!-Mijail corrió hasta el niño, lo abrazó y lo levantó, después de darle una vuelta en el aire, lo volvió a soltar en el suelo.-¿Dónde está tu madrre?-
-Aquí, ¡Oh, querrido, ya me empesaba a prreocuparr!-Svetlana tiró varios pares de botas que tenía en las manos y se lanzó a los brazos de su esposo.
-Yo soy un hombrre fuerrte, no tienes que prreocuparrte porr mí.-Entonces se separó de ella y le mostró la caza del día.
Victoria sentía felicidad al verlos tan felices, en cambio, Lianndra parecía desesperar en aquella situación.
-Oye...¿Debería decirles algo..? No sé... Recordarles que estamos aquí...-Dijo la pelirroja al notar que Victoria la miraba.
Alguien junto a la ventana, al que Victoria no había advertido antes, se levantó y dirigió hacia ellas.
-No servirá de nada, cuando se ponen así... Nada puede llamar su atención.-Era un chico un poco más alto que Victoria y con un tono de pelo algo más oscuro que el de ella, también tenía una bufanda blanca que le cubría la boca.
Lianndra maldijo en voz baja.
-Ah... Yo soy Victoria Árcayan, encantada.- Inclinó la cabeza.
El chico parecía confuso, luego pareció comprender y sonrojado dijo su nombre.-L-lo siento, yo soy Andrew Gyulf.-
-Lianndra Armyz.- Sonrió y le tendió la mano, tras unos segundos de nerviosismo, Andrew acercó la suya, temblorosa.
De repente Mijail apareció sonriente por detrás del chico y le puso una mano en el hombro mientras soltaba una gran carcajada.
Victoria empezaba a pensar que todos allí eran raros... Muy raros.
-¡Este es, este es del que os hablé! ¡El chico del Milagrro!-
Cuando el hombre dijo esas palabras, el rostro de Andrew se ensombreció.-No me llames así, por favor...-
Svetlana le dio un golpe en la nuca a su marido y lo empujó hacia un lado.-Eeeh... Andrrew, discúlpalo... ¡Voy a prreparrarr la sena y estarría encantada  de tenerros a los trres esta noche en casa!-
-¡Muchas graciaas! Peroo... No podríamos pagarlo.-Dijo Victoria.
-Es una invitasión, no hase falta pagarr.-
-¡Muchísimas gracias!- A Lianndra se le iluminó la mirada.
-Yo... Tengo que irme. Gracias...-
Mijail se recuperó del golpe.-¡De eso nada! ¡No me dejarrás solo con tanta mujerr!-
Parecía que Andrew se lo estaba pensando.-Tienes a Nicolay...-
-¡Oh, vamos Andrrew!-
Victoria estaba confusa, pero al fijarse en su amiga solo vio una expresión soñadora en su rostro, seguro que Lianndra solo pensaba en comer bien y dormir calentita.
-Está bien, me quedo... ¡Pero mañana salgo a primera hora! Y necesito que dejéis un hueco en el establo... Para Ventisca.-
Después de una carcajada, Mijail rodeó con el brazo al chico.-¡Porr supuesto!-
C, que había estado ausente todo el tiempo, susurró algo con expresión seria.-No se dan cuenta de lo que se avecina...-

martes, 4 de agosto de 2015

·Capítulo 12: Abrigos de piel ·

Un hombre se paró junto a ellas, llevaba un grueso abrigo de piel, un cinto de cuero, unas botas pesadas y un arco largo, en el cinto tenía un cuchillo colgado y varios perrinejos*. Uniendo eso a que era bastante alto y parecía muy fuerte...Ese hombre asustó de verdad a Victoria y Lianndra agarró el mango de su sable.
-Hola, muchachitas, yo soy Mijail Záitsev, ¿puedo ayudarros en algo?-Dijo, sorprendentemente con una sonrisa y rostro amigable.
Tenía un acento extraño, fuerte al pronunciar la r.
-N-no, muchas gracias.-Contestó Victoria, forzando una sonrisa.
-¡Sí!-Contestó a su vez, Lianndra.-¿Sabe de algún sitio caliente dónde dormir?-
-¡Lianndra, cállate!-Susurró Victoria a su amiga.
Pero solo recibió una mirada confusa de la pelirroja.
-Sí, porr supuesto que yo conozco un lugarr caliente parra dorrmirr. Mi casa.-Al decir esto, Mijail se rió a carcajadas.-Erra brroma, yo os veo serrias, ¿A vosotrras no os gustan las brromas?-
No obtuvo respuesta, las chicas estaban confusas.
-Bueno, bueno, un poco más al norrte podrréis encontrrarr Rraerren bajo. Allí hay posadas parra viajerros.-
-Pero... Es que... No tenemos dinero...-Victoria miró con tristeza el suelo nevado. Era la triste verdad, no pudo cogerle dinero de la granja a su padre, pensaba que eso estaría mal, así que salió con lo puesto.
-Pues eso es un prroblema...-El hombre se quedó pensativo.-Oh, yo tengo una idea, venid conmigo a la ciudad. Allí yo conosco a alguien, perro tenemos que darrnos prrisa, esa perrsona saldrrá al amanecerr.-
Victoria miró a Lianndra y a C, negó con la cabeza en las dos ocasiones, pero su amiga pelirroja tenía otros planes...
-Está bien, llévenos, por favor.-
La chica de pelo azul se dio con la mano en la frente y observó como C hacía un gesto parecido al de encogerse de hombros.
Se pusieron en marcha, les quedaba un trecho para llegar.

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Un chico caminaba por las calles de Raeren Bajo, con su yegua asida de las riendas.
Tenía el pelo azul oscuro y de estatura normal. Vestía ropa preparada para soportar bajas temperaturas, unas botas demasiado gastadas, una bufanda que le tapaba: Boca y nariz, unas orejeras y unas gafas protectoras con el cristal tintado de azul celeste.
Llegó a su destino, una tienda especializada en abrigos de piel, aunque también vendían otros artículos.
Amarró a su yegua en una barandilla, la acarició y entró en la tienda. Ya dentro, se bajó las orejeras y quitó las gafas, mostrando sus ojos de color naranja.
-Hola, Svetlana...-Saludó a una mujer en el mostrador.-Y Nikolay...-También saludó al hijo de la mujer.-Necesito...-
La mujer cortó la frase del muchacho.-¡Hola, Andrrew! No me digas...-La mujer lo miró de arriba a abajo.-¡Las botas! ¿Otrra ves las has rroto?-
Andrew mostró una triste sonrisa.-Sí, otra vez...-
-Uuf, bueno, tú esperra aquí, yo voy a buscarrte varias parra que elijas.-
La obedeció y se quedó allí, para matar el tiempo, se puso a mirar por la ventana. Poca gente pasó, pero de esa poca, un grupo le llamó la atención. Dos chicas sin abrigo se acercaban a la tienda, guiadas por un hombre al que conocía. Una tenía el pelo azul, al igual que él, y la otra era pelirroja.
Suerte que habían encontrado aquella tienda, unas chicas como ellas y sin la ropa adecuada no durarían ni una hora en la fría y temible montaña...

domingo, 2 de agosto de 2015

"Desaparición en el Nica's"

El Nica's tenía colocado el cartelito de cerrado y por dentro todo estaba revuelto, una Yimei preocupada salió de debajo de una mesa, llamando a gritos a su gato.
-¡Eiriiii! ¡Eirii! ¡Ven Eiri, ven ahora mismo!-Después desapareció escalera arriba.
Había alguien esperando en la puerta de la cafetería, que después de mirar el interior de esta a través del cristal, llamó y entró.
Yimei escuchó la campanita y bajó corriendo, casi se cae por la escalera, mientras
 bajaba gritó.-¿Es que no véis el cartel de cerrado? ¡Si pone cerrado es porque está CERRADO! ¡NO entrar!-
-L-lo siento, y-yo pensaba que...-
-¿V-victoria? ¡Perdóname! Creía que era un cliente pesado, pero solo eres tú...Perdón, hoy no tengo tiempo para estar contigo...-
-"Solo soy yo"...Se te ve preocupada, cuéntame qué te pasa.-Victoria soltó una risita burlona.
-Jaaa, jaaa, ¡Muy graciosa! Verás...Eiri ha desaparecido, él nunca había salido de aquí, lo he buscado por todo el local y no está ¡Habría venido cuando lo llamo!-
-Uf...Lo siento mucho... Es un gato, tarde o temprano tenía que empezar a salir así...¡Vamos, te ayudo a buscarlo!-
-Oh, ¡muchísimas graciaas!- A Yimei se le iluminó la cara.-Pero no puedes, mi jefa me mataría si te dejo salir de aquí una vez que has entrado. Será mejor que te vayas...-
-No, yo quiero ayudarte. Una vez se me perdió C y no pude dormir esa noche.-
-Mmm...Está bien, quédate aquí por si volviese, si lo hace solo tienes que llamarme. ¿Y esa cara? Ah, no sabes cómo llamarme... Solo tienes que marcar el número que hay en el papel junto al teléfono fijo. Sigues con la misma cara...Mira el teléfono es eso de allí sobre la barra, al lado de la caja registradora... ¿Tampoco sabes lo que es una caja registradora? Es igual, ya volveré. Tú no salgas de aquí.-Después de todo ese hablar, Yimei se puso su abrigo y su bolso y salió de allí.
Pasó un buen rato, Victoria dudaba entre dos opciones: tal vez dos horas o tres.
Y nada, se empezaba a aburrir, cuando, de repente, sonó aquel aparato al que Yimei había llamado "teléfono". No sabía si debía cogerlo, pero lo hizo.-¿Victoria? ¿Estás bien? Soy Yimei.-
Aquello era asombroso.-Sí, estoy bien, pero me aburro...Aquí no ha venido nadie.-
-Yo no he visto nada tampoco...Ya estoy volviendo, no te preocupes.- Parecía que Yimei había suspirado.-Bueno, ¿Tienes algo que preguntarme hoy?-
-Puueees...Muchas cosas, pero como no las vas a contestar.-
Yimei se rió.-Puedes probar.-
-¿Cruzaremos la montaña sin ningún problema..?-
-Problemas hay en todas partes...Solo te puedo desear suerte.-
-¿Lo ves?- Ahora la que se rió fue Victoria.
-Tengo que colgar, ya estoy llegando. ¡Hasta ahora!-
Nada más soltar aquel aparato, Victoria escuchó la campanita de la puerta y se giró para mirar.
Entró Lianndra con Eiri en un hombro y dos helados, uno en cada mano.-¡Victoria! Toma te he traído uno.-Dijo sonriendo como si nada.-Les he dicho mi nombre a los de la heladería y me los han dado gratis ¿No es genial?-
-Lianndra...-
-¿Q-qué ha pasado aquí que todo está patas arriba?-
-Liandra...-
-¿Por qué me miras con esa cara..?-
-Lianndra, Yimei lleva todo el día buscando a Eiri...-
-Aaah, estaba en la ventana y se puso a seguirme cuando me vio...-
Otra vez el ruido de la campanita, esta vez apareció Yimei y como un rayo, fue hacia Eiri y lo abrazó.-Eirii, ¡No me vuelvas a hacer esto!-Miró a Lianndra.-¿Qué hacías tú con él?-
-Ya lo he dicho...Me siguió...¿U-un helado?-Le acercó el helado y la chica de pelo castaño no tardó un segundo en cogerlo.
-Está bueno, gracias.-Dijo tras probarlo.-Bien, hoy ha sido un día movidito, será mejor que os toméis una tila.-Yimei fue a prepararlas tras la barra.
-Yo paso de tilas hoy...-Protestó Lianndra.
-Lianndra, tenemos que volver...-
-Tienes razón, peroo...-Lianndra se quedó pensativa.-Está bieeen...-
Se sentaron en la barra. Mientras Yimei las terminaba, Lianndra jugaba con Eiri y Victoria miraba a la nada, pensativa.
Por fin las terminó, se las sirvió y unos minutos después de tomárselas, desaparecieron.
-Eiri...Te gusta esa chica de verdad ¿Eh..?-
El gato maulló feliz y Yimei solo pudo sonreír con tristeza.

sábado, 1 de agosto de 2015

·Capítulo 11: Nieve ·

Era por la mañana temprano, como de costumbre a esa hora, reinaba frescor, los pillocat* comenzaban a despertarse y reproducían sus cantos angelicales.
C ya estaba en marcha, Victoria pese a estar acostumbrada a levantarse temprano en la granja, seguía algo adormilada y Lianndra no intentaba ni levantarse.
Siempre le costó madrugar para ir a la escuela y, de hecho, el día que se escapó de casa no fue por la mañana, durmió directamente en el bosque,como Victoria y al día siguiente la despertaron ruidos raros y por eso decidió levantarse.
En aquella ocasión a ella no le corría la prisa así que...
-¡Lianndra arriba! No podemos perder más tiempo, dijimos lo de levantarnos temprano por algo.-Exclamó C.
Lianndra no parecía estar por la labor.
-¿Qué? No.-Bostezó.-Si todavía no ha salido el sol...-
Victoria se encogió de hombros mirando a C y acto seguido...-¡¡LIAAANNDRAAAAA!! -Gritó al lado de esta.
-¡Aaah! ¿qué,dónde,cuándo? Aah.-
Tanto C como Victoria estaban partiéndose de risa ante la reacción de Lianndra.
Y esta, ya despierta, estaba poniéndose cada vez más colorada hasta que al fin pudo decir: -Con un “buenos días” me habría bastado.-
-¡Pero si no te inmutabas!-Victoria seguía riéndose y C no podía ser menos.
Siguieron con las risas, y Lianndra con las quejas durante un buen rato.  Luego, decidieron ponerse en marcha.
Tenían que pasar por la montaña nevada, cordillera glacial o como nombre formal Raeren*.
Iban avanzando rápido, aún así ese día no llegarían ni al pie de la montaña...
Tardarían varios días más,incluso una semana... Por el camino no había muchos pueblos, aunque daba igual porque no tenían dinero para comida, por eso tenían que cazar fobovdi* o ardillas.
A veces, las dejaban montar en carros y les hacían preguntas incómodas como:
"¿Qué hacen dos muchachitas de vuestra edad solas por estos lares?"
Victoria se excusaba diciendo:
-Vamos a visitar a nuestro hermano,que está enfermo y recuperándose en Besby*.-
Y nadie ponía objeciones a aquello...Aunque alguno no se mostrase muy de acuerdo con esa aclaración.
Un día, andando por un camino, una chica un poco más baja en estatura que ellas se les acercó y les preguntó:-¿Habéis visto a un chico moreno de ojos rojos por aquí?-
-No, lo siento.-Se limitó a decir Victoria.
Lianndra que es más curiosa preguntó.-¿Por qué lo buscas?- Victoria le dio un codazo,para que se callase.
La chica permaneció en silencio durante un rato,luego contestó.-Nada...cosas mías. Bueno, hasta otra, espero volver a encontrarme con vosotras.-Sonreía de oreja a oreja.
-Yo también, chica.-Dijo Lianndra, por educación.
-Lo mismo digo.-Dijo Victoria. Después de aquello no la vieron más por aquel camino.
C mencionó que aquella chica parecía tener rasgos de Semi*, una raza de Glishes.

Por fin llegaron al pie de la montaña donde se sentía algo del frío que sentirían más adelante,más arriba...La nieve cubría todo el paisaje, estaba claro que esa noche no podrían dormir al raso.
A Lianndra no le gustaba nada el frío y menos la idea de tener que subir a una montaña nevada. Por ello había preguntado muchas veces a C.
-¿Por qué no podemos rodear la montaña?- Mientras que C le había contestado todas esas veces.
-Porque tardaríamos mucho y porque entre las montañas no estaremos tan expuestas si nos vuelven a atacar los arrdfij*.-
En cuanto C dijo aquello Victoria dio un respingo. Esos monstruos le producían mucho miedo, según advirtió Lianndra.
Ahora, que por fin habían llegado al pie de la montaña, Lianndra sentía cierto temor.
Esa noche, la chica pelirroja, no pudo dormir bien por lo nerviosa que estaba. No se hacía a la idea de atravesar una montaña, aunque no estuviese muy  empinada no le atraía nada eso de pasar por aquel frío.
-Bueno, se hace tarde... ¿Dónde dormimos?-
Preguntó Victoria a sus amigas.
-Aquí.- Contestó C.
-¡¿A-aquíii?! ¿Con este frío?-
-Ah, es verdad, vosotras sentís el frío...-
Lianndra se puso nerviosa y dijo lo primero que se le pasó por la cabeza.-C, ¡Usa tu fuego para calentarnos!-
-¿E-estás loca? ¡No puedo usarlo para eso!-
Así siguió la discusión durante un rato...
Alguien se acercaba al grupo, ese alguien se paró junto a ellas e interrumpió la pelea.

·Capítulo 10: Las respuestas de las dudas ·

Lianndra estaba nerviosa, había tenido un fallo irreparable al hablar enfadada...Ya no había vuelta atrás, tendría que contarles todo a sus amigas. Ellas le habían contado grandes secretos, así que en parte se lo debía. Al fin y al cabo, eran amigas.
-¿Lianndra...? ¡Lianndra! Contesta, por favor...-
Se había quedado petrificada pensando y no estaba prestando atención a Victoria, hasta ese
momento.-Ah, sí...Lo siento. Sí, sí conozco al príncipe en persona.-Alzó la mirada y vio la expresión de asombro en la cara de su amiga.-Supongo que querrás saber cómo...Pues verás, yo formaba parte de los aprendices de la guardia real de Rialprint*.-
Fue interrumpida por C.-Eso responde a mi pregunta de cómo es que luchabas tan bien...-
-No lo has preguntado antes...-Dijo Victoria.
-Peroo...Lo pensaba.-
-¿Queréis que cuente la historia o no?-Preguntó Lianndra con tono enfadado y una expresión que concordaba con él.
-Lo sientoo...Sigue.-
-Discúlpanos, continúa, por favor.-
-Está bien...Gracias.-Suspiró.-Bueno...Yo formaba parte de los novatos de la guardia y, el príncipe Dirian se colaba a veces en las clases, como un plebeyo cualquiera...Solo que no daba el pego...Sus modales extraños...Todos pensaban que solo estaba algo chalado...En cambio, yo sabía que no era eso, varios nobles habían comprado en la herrería y él me recordaba a ellos. Le pregunté y se hizo el tonto, después de eso se pasó sin venir a las prácticas un mes. Entonces me convocaron a una audiencia con el Príncipe y allí estaba él, me contó sus intenciones, quería saber más de sus gentes y de cómo vivían. Nosotros, los novatos, dábamos paseos de reconocimiento por la ciudad, como práctica yy...Bueno, eso es todo.-
-¿Qué es todo? ¡Eso es increíble! ¡El mismo príncipe te convocó!-
C estaba apartada y con mirada seria.
-Sí, puede resultar asombroso.-Lianndra rió.
-¿Cómo es él?-Preguntó Victoria con los ojos brillantes.-¿Desde cuándo lo conoces?-
-Lo conozco desde los 10... ¡4 años hace ya!  Pues...El príncipe es alto; tozudo como una mula, siempre tenemos que hacer lo que él diga, aunque no lo veamos correcto; es gracioso ver cómo intenta hacerse pasar por "plebeyo" le sale fatal y parece que se está burlando de nosotros...Pero es buena persona y eso, nunca deja a nadie que necesite su ayuda.-
Victoria estaba sorprendida.-Ah..Aaah...4 años es mucho. Teniendo amigas como tú... ¿quién necesita enemigos?-
-¿A qué te refieres..?-
C cortó la conversación.-Y los amigos que buscas...No será uno de ellos el príncipe, ¿no?-
Lianndra volvió a sorprenderse, ¿cómo sabía, C, aquello..?-S-sí, uno de ellos es el príncipe Dirian...¡Pero si alguien se enterase de que él está por ahí..! Correría peligro.-
-Sí, pero nadie tiene por qué saberlo.-
-¿Y por qué decidió irse el príncipe así como así..?-Preguntó Victoria.
-N-no lo sé...Solo me dijeron que era una misión peligrosa antes de irse.-
Se formó un silencio incómodo. Al final, Victoria lo cortó.-¡C-c! Si tengo poderes...Debería aprender a usarlos.-
-Ay...Pero yo no puedo enseñarte, posees un poder especial que solo tú puedes controlar. Ya te dije que eras la Heredera del Poder*.-
-¿Y cómo aprenderé..? Heredera del Poder...Como en las leyendas. ¿En Firyuk* están las respuestas?
-En Firyuk* están las respuestas que buscas.-
Después de eso se comieron las acradas* que no habían quedado espachurradas y charlaron un poco más antes de dormir. 

Quedaron en levantarse temprano para salir lo antes posible.
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