jueves, 20 de agosto de 2015

·Capítulo 16: Frío y calor·

Cuando Lianndra despertó estaba en una habitación acogedora, con una chimenea, el suelo de madera y las paredes del mismo material. Se encontraba sobre una alfombra cerca de la chimenea, con bastantes mantas encima.
En ese momento tenía hasta calor.
Se incorporó y a su izquierda vio a Victoria, C estaba a su lado.
Parecía que no había nadie más en aquella habitación.
-Hola, veo que por fin despiertas.-Dijo una voz.-Me alegro de que te encuentres mejor.-
Lianndra miró con más atención y descubrió a alguien en una cama pegada a la pared,
un poco más allá de ella. Se estaba poniendo una bufanda blanca rápidamente. Cuando vio quién era se sorprendió notablemente.
-¿¡Andrew!? ¿T-tú qué...? ¿Por qué...? ¿¡Qué pasa aquí?!- No pudo acabar ninguna pregunta.
-Pues os encontré a ti y a la otra chica en la nieve, cerca del límite de las montañas, os traje a mi casa y...Bueno aquí estáis.-
-Muchas gracias... Nos has salvado la vida...-
El chico suspiró.-No ha sido nada... Os lo debía, al final no os guié montaña arriba.-Andrew le dedicó una sonrisa nerviosa.-Por cierto la gata se llama Paz.-
Una gatita blanca se acercó a Lianndra.-¡U-u-una gatita! - Se le caía la baba mirando al animal, decidió cogerla y achucharla fuertemente.
Tenía unos ojos azul hielo que no eran normales en un gato.
Andrew se acercó más a la chimenea y con la luz se le distinguió mejor.-Oye, trátala con cuidado...- Se le cayó un poco la bufanda y Lianndra pudo ver un dientecillo que sobresalía de su boca al hablar.
Al final decidió preguntarle primero por
la gata.-¿Dónde la has conseguido? Es muy raro ver gatos.-
-Un día apareció en la nieve y me siguió a casa.-
-Aahhh... Curioso y... ¿Ese dientecillo de tu boca..?-
Andrew se llevó las manos a la cara con expresión preocupada.-¿L-lo has visto?-
-Por eso te he preguntado...-
El chico se sonrojó.-Es un defecto genético... Nací con él así, me lo quitaría o limaría, peroo... A mi hermana le encantaba...- Su expresión se tornó sombría.
Lianndra no entendía nada. ¿Acaso había algo de ese chaval que no sabía?
-Y... ¿D-dónde está tu familia? ¿Vives aquí solo?-
-...-La expresión de Andrew se fue haciendo más oscura.- Mi familia... Murieron cuando yo tenía 9 años... Estaba viviendo aquí con una anciana que me cuidó desde ese suceso, pero su salud empeoró por el frío cada vez más intenso en la montaña y... Tuvo que irse a vivir a Besby*... Desde hace 2 años vivo solo.-
La chica pelirroja no se lo podía creer... Ahora se sentía mal por hacer la pregunta. -Lo... Lo siento mucho.-
Al ver la cara de angustia de la chica, Andrew, decidió cambiar de tema.-O-oye... ¿Quieres algo de beber o... De comer?-
Ahora la había sorprendido con ese cambio de tema tan repentino.- No... Gracias.-
-¿Segura?-
A Lianndra le sonaron las tripas y se sonrojó. -S-sí, ¡Segura!-
-Pues ese delicioso pan tostado y esas frutas de nieve* serán para mí, sin mencionar el queso derretido con filetes de perrinejo* y...-
-¡Vale, vale! ¡Ya está bien, sí, sí tengo hambre!-Dijo con cara desesperada.
-Pues la mesa te espera...-
Lianndra soltó a Paz, se levantó de un salto y se quedó anonadada con lo que vio. La poca ropa que llevaba...
Lanzó una mirada asesina a Andrew.-¿Qué significa esto..?- Sus mejillas fueron tomando un color rojizo.
-Estoo... Eeeh... Yo... ¡Lo siento!-
-Será mejor que se te ocurra una excusa decente para explicarme por qué llevo solo una camiseta y la ropa interior...-
-N-n-no te alteres, por favor, ¡Escúchame!-
-Eso hago...-
-¡Pues deja de acercarte a mí con esa mirada de loca!-
Lianndra crujió los nudillos mientras reía con mirada ausente.
-E-es un monstruo...-
-¿Decías algo? ¿Algo que explique mi situación, tal vez?-
-¡Sí! Verás, es que vuestra ropa estaba mojada por la nieve, si os la dejaba puesta ibais a moriros, tenía que poneros ropa seca y limpia. Mira, te tenía preparados aquí estos pantalones míos...- Le tendió una mano donde los sostenía y sin perder un segundo, la chica se los puso.
-Te perdono solo por salvarnos la vida, hacernos de comer y... ¡Por tener una gatita tan mona!- Intentó volver a cogerla, pero le bufó.- Oh, vaya...-
Con un suspiro de alivio, Andrew
siguió hablando.-Bueno, voy a cazar algo para la cena, en un ratito vuelvo. Tú como en tu casa, ah y ahí hay unos pantalones para... Se llamaba Victoria, ¿no?-
-Síp.-
-Pues eso... Hasta luego.-El chico se puso su equipo para soportar el frío y se fue, al abrir la puerta se coló una ráfaga de aire helado.
Su gatita parecía quedarse triste.
Lianndra tenía tanta hambre que comenzó a engullir la comida. ¡Estaba deliciosa! Ese chico extraño cocinaba muy bien ¿Le habría enseñado aquella anciana que lo cuidaba?
-Pequeña, no te lo comas todo, deja algo para tus amigas.-
La pelirroja empezó a buscar a la propietaria de aquella voz por toda la cabaña.
-Estoy aquí, en el suelo. No debes tenerme miedo.-
Al mirar en la dirección indicada por la voz, Lianndra se sorprendió al ver que la propietaria de la voz era, ni más ni menos, que la gata de Andrew.
¿Qué hacía una gata parlante con aquel chico..? ¿Tendrían C y ella alguna relación..?

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